Política

'Cadáveres no identificados'

  • Crónica
  • 'Cadáveres no identificados'
  • Susana Iglesias

“Te amo de aquí a Circuito Interior”, gritó. El auto rojo adentrándose en la arteria rota, era domingo. Él llevaba los vidrios arriba. Desvelado, con aquellas gafas se adentró hasta diluirse en el tránsito envenenado, vio morir la tarde del domingo sin ella sujetándose suavemente al volante, conduciendo hacia su soledad compartida. Lloraron, sonrieron mucho, “¿qué es lo peor que dijiste de mí?”, ella se escondió tras una sonrisa, aparta la mirada, él la rodea con sus brazos, la estrecha en su pecho oliéndola. Se miran intenso, todo desaparece, bailan, una canción de Iggy Pop los hace gritar, comen aceitunas borrachas de gin, saltan hasta casi desmayarse, a las 6:32 de la mañana llaman al 911, “¿cuál es su emergencia?”, ríen sin miedo ya, sin recelo, sin pasado, “nos lastimamos por no comunicarnos tiempo atrás… nos queremos tanto, ¿pueden enviarnos una ambulancia? el corazón nos estalla”, no saben nada, ignoran tantas cosas, todo ha sido como un mapa insólito que se revela poco a poco a pesar de palabras salvajes, enlodadas y heridas existe entre estos seres una complicidad especial y rara ante la absurda normalidad revestida de odio, resentimiento, orgullo, culpas. Ella se siente triste como el sábado por la noche, no sabe si sus recuerdos muertos por fin van a abandonarla, ¿escogerá la huída? No, adónde vaya le siguen… ¿qué son los brazos de la persona que amas o te ama? Son la amorosa caricia que te contiene en esta existencia en la que algunas personas malviven torturando a otros porque no saben amar. No es tan fácil hablar, ni comunicarse honestamente. No importa lo que digas, sabes que a veces guardas tu rencor debajo de esa sonrisa impecable. Con mucha rabia pienso en los asesinos de personas, conexiones, ¿por qué?, las razones son tantas que es imposible abarcar lo que significa tan demoledora violencia en unas cuantas frases. Del asesinato emocional podríamos saltar a lo terrible que es el asesinato en términos criminales, la indolencia se ha convertido en una actitud asquerosa, habitual. Parece que no es suficiente cerrar calles con ataúdes porque nadie nos escucha.

Inevitablemente recorro año con año durante varias madrugadas, noches y mañanas de marzo/abril la calle de Berlín, colonia Juárez. Sí, no es “lógico” este hecho, las emociones y sentimientos no se pueden explicar a veces, algo me lastima mucho: son ya siete años desde que la niña de aproximadamente 2 años de edad, nombrada como “Ángela” fue encontrada en una maleta, la sepultaron en abril de 2016 tras permanecer poco más de un año embalsamada. Nadie reclamó su cuerpo, probablemente su madre está muerta y el feminicida podría ser alguien cercano a ellas. Una muestra pequeña de ADN ya está en manos del FBI gracias a la intervención del magistrado Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia. No se rindan, el corazón es impredecible, es un animal apasionado. Sigan su corazón, hablen desde ahí. Las palabras sin amor se mueren


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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