Hace algún tiempo, en uno de esos chats que uno mantiene con amigas y amigos de épocas pasadas, alguien mandó un “meme”, gráficos que se caracterizan por su humor negro.
Decía algo así como “Cásate con una de Michoacán: aguanta el frío, el calor, el viento, las balaceras, los bloqueos y los chismes…. ¡que no te aguante a ti!”
Resultaría cómico, pero no lo es. Michoacán ha aguantado mucho, por mucho tiempo.
Hablamos del estado que dio a México las carnitas, el baile de los viejitos, que alberga a la mariposa monarca, la isla de Pátzcuaro, la celebración del Día de Muertos… y ni qué decir de las gorditas tarascas, tan socorridas en territorios guanajuatenses.
La lista de su riqueza natural, cultural y gastronómica es interminable y siempre enriquecida por la experiencia de quien la nombra.
El pasado domingo 13 de noviembre, varias ciudades del país dieron ejemplo de participación ciudadana y en un hecho inédito, lo hizo Morelia.
Y fue una de las que más llamó la atención.
Ver a 40 mil personas inundar la maravillosa capital del estado, tuvo un gran significado, luego de que en el año 2008, justo en el Grito de Independencia que se celebraba en el zócalo de Morelia, durante la gubernatura de Leonel Godoy, granadas lanzadas por delincuentes terminaron con la vida de al menos ocho personas y lesionaron a otras 120 más.
Y aquí una pausa. Cuarenta mil personas ocupando un espacio público, no es sinónimo de fiesta.
Si de fiesta hablamos, en el mismo espacio, la más reciente celebración del Grito de Independencia, después de dos años de pandemia, alcanzó la cifra de 20 mil asistentes.
En el caso de la marcha del domingo, en defensa de las instituciones, hablamos prácticamente del doble.
Este espacio de reflexión no es político y tampoco lo será en esta ocasión.
Son 40 mil michoacanos y michoacanas que han aguantado de todo, que han superado el umbral del asombro del mexicano promedio y a quienes algo o alguien, los motivó a salir a la calle, a vencer el miedo, a alzar la voz para defender lo que creen. No son a quienes se describe en el meme del inicio de este texto.
Qué gran lección nos da Michoacán. Felicidades. La participación de su ciudadanía en un ejercicio de legítima libertad, es un ejemplo de valentía y determinación.
Hay quienes a la distancia, como yo, les vemos con admiración y respeto.
Sophia Huett