en 2018, el resultado electoral fue claro: ni juntos Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez “El Bronco” tenían más votos que el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador. México había votado por un proyecto de nación radicalmente opuesto al que se venía desarrollando.
No era un cambio con matices, la mayoría de los mexicanos quería una transformación total. Tres años pasaron y el escenario, aunque diferente, reiteró la dosis. Morena ganaría todas las gubernaturas en disputa salvo Querétaro, Chihuahua, Nuevo León y San Luis Potosí (donde ganó su aliado). Asimismo, mantendría con aliados la mayoría en la Cámara de Diputados.
La alianza entre PRI-PAN-PRD sirvió para recortar distancias en la Cámara de Diputados, no así para las gubernaturas. Los dos estados donde ganó el PAN, compitió solo.
Han pasado apenas unos cuantos meses de aquel momento. Sin embargo, para 2022, 2023 y 2024 en realidad el escenario es el mismo. La única forma que exista competencia en la mayoría de las posiciones en disputa es si la oposición hace una gran alianza. Morena será altamente competitivo prácticamente en cualquier territorio.
Si los llamados “fifís” se dividen, las posibilidades de éxito son mínimas. Las elecciones de tres favorecen al que está en el poder. En el caso concreto de Tamaulipas, las fuerzas se concentran en el PAN y en Morena, pero sin una gran alianza el escenario no sería el ideal para los azules.
En este momento hay dos PRI en Tamaulipas. El PRI que quiere una alianza formal con el PAN y el PRI que de facto se siente más cómodo con Morena. Que el PRI vaya solo, es de facto decantarse por Morena.
Lo que es cierto es que no hay un priista que genuinamente, es decir sin intereses particulares, quiera que el partido vaya solo porque les va ir mejor. Vendrán los tiempos de las definiciones, pero es innegable que en cualquier escenario se aportará menos del nueve por ciento de la votación que hoy representa.
Para 2024 las lecciones para la oposición empiezan a ser más claras, o se unen, o se descalifican. A Morena le bastaría con mantener medianamente la unidad.
El futuro de Tamaulipas podría decidirse mucho antes del día de la elección. Las cosas no han cambiado tanto. _
