Doce millones y medio de personas equivale a toda la población de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas juntos. 12.5 millones fue el total de recetas que no se surtieron efectivamente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) durante 2022.
El desabasto de medicamentos ha sido el sello en materia de salud en los últimos años en todas las instituciones de seguridad social del país.
La organización de la sociedad civil Cero Desabasto ha venido documentando esta situación y los números reflejan lo que en el día a día de las unidades médicas y hospitales se vive.
Mientras que en 2018 se dejaron de surtir 1.4 millones de recetas, en 2021 se dejaron de surtir 22 millones; prácticamente 16 veces más que en 2018, fue el “pico” del desabasto.
El número de recetas no surtidas pasó de 22 millones en 2021 a 12.5 millones en 2022; pero un dato que vale la pena señalar es que en esas 12.5 millones de recetas no surtidas, 10.8 millones fueron negadas, por lo que no se le entregó ni un solo medicamento a los pacientes.
A este problema le tenemos que sumar otro, el llamado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). El Insabi llegó para sustituir al Seguro Popular que en 2019 brindaba una red de seguridad social para más de 50 millones de mexicanos.
Desaparecieron el Seguro Popular e instalaron el Insabi en este gobierno, pero tan no funcionó que en este mismo gobierno ya desaparecieron al Insabi y ahora se hará caro el IMSS-Bienestar.
Sí, el mismo IMSS que no ha podido resolver el desabasto de medicamentos para sus derechohabientes, es el que ahora se estará haciendo cargo de quien constituye la población más desprotegida en el tema de salud.
Es una pesadilla, una pesadilla que empezó con las compras consolidadas que no han funcionado y que ahora ambiciona consolidar un sistema de salud, en la recta final del gobierno.
Me parece ofensivo, una burla para los mexicanos que se les haya prometido un sistema de salud pública como el de Dinamarca para finales de este año cuando personas que padecen cáncer, diabetes, entre muchas otras enfermedades, no encuentran medicamentos.
Nuestras instituciones de salud enfrentan retos en cobertura y calidad desde hace mucho tiempo; el problema es que, lejos de ir avanzando, ahora los problemas son más graves de los que se tenían.