Tres religiones proceden del mismo dogma y filosofía, las cuales se distinguen ya que se han formado en una tierra donde su Dios ha hecho historia al transformar al mundo: David, Mohammed y Jesús Cristo. Los tres lucharon por hacer del ser humano más racional al dar el valor a la vida misma.
Pese a que todas refieren el amor y la paz a través de sus creencias, hoy en día no han logrado dejar de lado su lucha: “Ojo por ojo, diente por diente”, salvo el cristianismo que aplicó el amor al prójimo.
La historia se repite desde que los judíos obligaron a los romanos a sacrificar a un revolucionario quien luchó por la paz y la justicia humana, Cristo quien marcó un punto y aparte dentro de la historia.
Vale recordar que aún perdura como parte de su secta el fanatismo y el aislamiento dentro de la sociedad que habitan, fueron usados para servir a los países desarrollados en una zona que explora y explota la materia prima de los países pobres del Medio Oriente, como escudo para defender los intereses de Inglaterra, Francia y otros a costa de matar niños, mujeres y ancianos hasta expulsar a los dueños de la tierra palestina, quienes desde hace más de 75 años viven refugiados en los países aledaños Siria, Líbano, Jordania y Egipto sin sueños ni derecho de volver a su tierra. Obligándolos a defender su dignidad ante la discriminación que viven como refugiados.
La humanidad está de luto por no entender la injusticia y la masacre que judíos sionistas han ejercido sobre territorio palestino durante todo el siglo pasado y este desde 2006 y hoy más que nunca han sacrificado a miles de palestinos en su propio territorio buscando borrar la Franja de Gaza del mapa, que puede causar la muerte e impulsar campamentos de refugiados de más de dos millones de ellos, acto que se califica como el peor crimen de guerra que haya vivido la humanidad, olvidando que la palabra de su Dios es amor paz, no venganza.
