La afiliación a un partido político conlleva un compromiso y mucha responsabilidad por parte de la ciudadanía, aunado a la importancia que brinda la afinidad, simpatía y más aún, a las emociones personales o intereses al obtener alguno de los incentivos activos para afiliarse.
En esta perspectiva, los resultados de las incorporaciones a un partido político son de manera activa; sin duda, lo que es especialmente notable es que el ciudadano puede tener participación positiva en la toma de decisiones importantes dentro del propio partido; además, la influencia real de plantear proyectos tangibles en la vida política que los lleva a servir a su anhelo de resolver cualquier padecimiento o problema social, económico y político.
La afiliación les permite ser parte de la construcción del camino apropiado para su participación como ciudadano involucrado, precisamente al impulsar y proponer proyectos que beneficien a la sociedad.
En este rubro, logran defender sus derechos y deberes desde una perspectiva personal en este ámbito de la democracia y garantizar que se cumplan los principios ideológicos del partido al que se afilió.
Al respecto, es indiscutible que su afiliación fortalece al sistema de partidos políticos y a la democracia. Sólo a manera de ejemplo, hoy en día los partidos políticos solicitan la afiliación para cumplir con el reglamento de la autoridad correspondiente y con ello conservar su registro o bien, obtenerlo, alejado de cualquier perspectiva colectiva de defender una causa común de la colectividad.
Tanto es así, que Morena iniciará con una nueva etapa de afiliación, bajo el lema de afiliarse con convicción al movimiento de la 4T; sin embargo, la acusación de fraude empieza desde adentro del propio partido y los militantes que están opinando y que se están oponiendo al juego de sus líderes, quienes quieren controlar la próxima asamblea y poner obstáculos en aceptar la afiliación de los que no son parte de su grupo, al no dar derecho del voto en la nueva asamblea.
Por ello, Morena no tiene una ideología específica derivado de que los chapulines dominan el poder al interior del partido.