Los hidalguenses en su mayoría aún confian que este primero de diciembre iniciará la transformación del Sistema Político Mexicano con el afán de que funcione eficazmente; creen posible construir una democracia participativa más justa para edificar relaciones autonómicas y autogestionarias, por medio de redireccionar todas las instituicones y regresar la paz social a la vida cotidiana en el estado.
Pero el peso ideolóico y cultural de la izquierda está todavía fuera de los avances realizados en la vida de la cuarta transformación; por eso, la inmensa mayoría de quienes votaron por López Obrador no captan concretamente aún la manera del cambio, ni la forma ni el fondo; por tanto, al mismo tiempo no coinciben la tendencia de la esperanza o la confianza en que pueden mejorar su situación.
Los objetivos de Morena Hidalgo en este momento como moviento social es transformar la vida política del estado, construir un nuevo pacto social donde realmente se resuelvan los principales problemas que aquejan a Hidalgo, aunado a su intención principal de transitar el movimiento hacia un Partido Político que busca hacerse del poder con pretensiones de obtener mayor capital político en el estado, conformado por 84 comités municipales, captando a los mejores ciudadanos, escritores, intelectuales, científicos, académicos, empresarios, líderes sociales, periodistas, politólogos, artistas y más de diversas áreas.
La única vía que puede salvar a Morena es optar por vincular a los viejos y verdaderos morenistas en la dirigencia estatal del movimiento encabezado por Andrés Caballero, ya que se ve difícil que el dirigente actual Abraham Mendoza e incluso cualquiera de los otros dirigentes, logren el cometido de tener el control que les asegure la unión al interior.
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