Dicen que una empresa encuestadora monta una rueda de prensa el día de hoy, en la que da a conocer los supuestos resultados de un supuesto estudio en el que descubrirá las supuestas razones de por qué perdió el PRI las elecciones en León.
No es raro en cualquier parte del mundo que los partidos políticos, después de una derrota emprendan estudios serios para diagnosticar las razones de la derrota. Siempre, sin embargo, los resultados son de consumo interno por obvias razones: el estudio sirve para iniciar un trabajo organizado y sistemático que les permita recuperar el poder, y no para dar municiones a los adversarios.
Las empresas que realizan este tipo de diagnósticos, cuando son serias, no andan organizando ruedas de prensa para dar a conocer resultados. Los resultados se entregan al cliente y son confidenciales. Ése es profesionalismo.
Pero hay una posibilidad colateral: que el que encargó la encuesta pague para que ésta se dé a conocer públicamente. ¿Qué partido político estaría de acuerdo en que sus propias debilidades y fortalezas internas fueran exhibidas públicamente?
Entonces, son sólo los adversarios quienes estarían interesados en que saliera a la luz un estudio que ellos mismos financiaron. Y aquí es donde ya empieza a carecer de toda credibilidad el supuesto estudio que hoy se presenta.
Si, como dicen las columnas políticas, el que auspició esta encuesta es Alejandro Arias, entonces ya no es posible esperar imparcialidad. Recuérdese que dicha persona estuvo a punto de ser expulsado del partido y estuvo a punto de ir a la cárcel a raíz de una solicitud de expulsión y de una denuncia penal que una decena de militantes presentaron por el manejo de los fondos del partido en la era wintilista. Estas denuncias datan de cuando el ahora senador Miguel Ángel Chico y la ahora diputada federal Bárbara Botello dirigieron el partido en Guanajuato.
Si una persona que le guarda tanto rencor a la ex presidenta municipal le paga a una empresa para que haga un estudio y lo publique, ¿qué podemos esperar en los resultados? Sin duda, encontraremos datos completamente sesgados para culpar a la ex presidenta.
Si se tratara de un trabajo integral y profesional seguramente se analizaría qué pasó en la campaña y qué pasó con los programas del partido que no funcionaron. ¿Por qué no funcionó el programa de movilización del partido? ¿Quiénes fueron los responsables de que no se moviera la militancia para invitar a votar a la población? ¿Por qué, en cambio, sí funcionó como relojito la estrategia de movilización del gobernador? Bueno, ya veremos qué dice hoy al respecto la encuestadora.
El supuesto estudio científico que hoy presenta, ya lo adelantó una columna a la que le filtraron los supuestos resultados, hablará de incapacidad para comunicar, de corrupción, de inseguridad y del tema de la basura.
No hablará nada de las deficiencias de la campaña ni del partido, sino sólo de la administración municipal, que no estuvo compitiendo, por cierto.
Ojalá que los reporteros que asisten pregunten cuánto costó el estudio, quién o quiénes lo pagaron y quién determinó hacer públicos los resultados. Eso ayudará mucho a darle a los datos su justo valor.
Pero lo que podemos prever desde ahora es que tendremos una presentación que dista mucho de ser un trabajo ya no digamos científico, sino ni siquiera medianamente serio. Se trata de vulgar propaganda política de una facción dentro del PRI local, pagada por antibarbaristas y fabricada por una empresa a la que no se le dieron chambas ni en la campaña ganadora de Bárbara Botello ni en su gobierno. ¿Así cabe esperar profesionalismo?
