El nombre les quedaba perfecto: hermanos, socios y buena gente. Refaccionaria Los Cuates tenía todo... salvo la marca registrada. Su condición de gemelos operó como diferenciador natural. Años después llegó la separación civilizada: tú tu camino, yo el mío. Y a unas cuadras nació otra refaccionaria: El Cuate.
Esta no es una telenovela de traición, es un caso de ingenuidad legal. En México, registrar tu marca ante el IMPI no es un moño bonito; es el título que te da uso exclusivo en todo el país dentro de tu categoría de productos o servicios.
1-Busca similitudes
Usa MARCia, la herramienta de búsqueda del IMPI, para detectar marcas iguales o similares antes de presentar tu solicitud. Escribe tu nombre como se oye: “Los Cuates”, “Los Kates”, “El Cuate”, “El Kuate”. Ahí mismo verás estatus y detalles de expedientes.marcia.impi.gob.mx
2-Elige bien la clase
Cada marca se registra por clase (productos o servicios). Si vendes refacciones y además, prestas otros servicios, como instalación, podrías requerir más de una clase. Consulta CLASNiza para ubicar la clase correcta. clasniza.impi.gob.mx
3-Decide el tipo de marca que vas a registrar. Elegir bien impacta tu defensa legal y la flexibilidad para actualizar tu imagen. El IMPI reconoce, entre otras, estas marcas tradicionales:
Nominativa (solo el nombre, sin diseño/tipografía).
Innominada (solo logotipo/elementos gráficos).
Mixta (nombre + logotipo) (aquí “Los cuates” tiene más oportunidad de registrarse).
Tridimensional (forma del producto o empaque).
4-Trámite en el portal eServicios (PASE)
Crea tu cuenta y presenta la solicitud de manera digital en eServicios IMPI (PASE). El acceso es con correo electrónico y se firma con CURP. Desde ahí das seguimiento, pagas y atiendes requerimientos.
5-Evita nombres genéricos
Si tu marca se llama “Refaccionaria”, “Autos” o “Express”, no distingue. Invéntate algo propio: mezcla conceptos, crea una palabra, dale historia.
Tu registro dura 10 años y es renovable. Antes de invertir dinero y tiempo en una marca, invierte en el nombre. Porque si mañana aparece El Cuate 2.0 con el mismo color y eslogan, el IMPI no va a mediar por nostalgia; va a mirar quién tiene el título.