La confianza es la principal herramienta de trabajo de una comunidad empresarial política o de la sociedad civil. Se construye, vigila, cuida y se transmite.
Los partidos políticos capaces de vivir con ella y de ella respecto de sus integrantes y de sus procesos de decisión la proyectan a sus adversarios y en relación con sus interlocutores, una ciudadanía siempre crítica, a la expectativa y demandante de la básica característica del respeto a sus inteligencias.
No más de 7 por ciento del consumo de la información total en plataformas convencionales y en redes está vinculado directamente a los quehaceres del gobierno y sus actores. Estudios formales y evidencia diaria del uso de internet señalan la amenaza impuesta a las disputas por dar sentido a lo público proveniente del mar de frivolidades, un vocablo que usamos los mayores de cierta edad para descalificar el tsunami de lo digital.
A partir de las infodemias, odio, la desinformación y la guerra elemental e inevitable de las identidades políticas o simples agrupamientos para determinar sus fronteras y buscar el acceso al poder, puede perderse una gran oportunidad de hacer política y transmitir valores en la misión de construir comunidad.
Cuando ha decidido prestar atención a lo político, nuestro prójimo espera ser entretenido, claramente atendido en su ambigua curiosidad, respetado enteramente en su dignidad o en su determinación ocasional de no exhibirla en su vínculo con la nada y el todo digital.
Ante la necesidad, en relación con un servicio o emergencia de salud, inseguridad o justicia, su reclamo tiene toda legitimidad y no espera más que pronta, apropiada y exhaustiva respuesta.
Antes ha sobrevivido a la tentación de la información relacionada con videojuegos, música, deportes y la intrincada red de memes del día desde donde se intenta secuestrar su atención para dar algún sentido al instante, como solo su interacción con lo digital puede hacerlo.
La compleja y siempre debatida manera de referirse a la comunidad con las herramientas derivadas de la ideología o al menos de una mentalidad básica por la cual se pretende involucrar al electorado, ocasional o cotidianamente, en los temas de la Res Publica adquiere oportunidad y momentum cuando existen sugerencias inteligentes para el futuro inmediato.
Readquirimos confianza cuando existen planteamientos unitarios, acuerdos de los diversos y los dispersos, compromisos de futuro, por ejemplo, en el evento en que la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum y los principales aspirantes a representar a Morena para el gobierno de CdMx ahora encabezado por Martí Batres, específica y más destacadamente Clara Brugada Molina y Omar García Harfuch, establecen sentido de comunidad a pesar de las discrepancias, más visibles en la calle y en internet que en la fotografía donde la alcaldesa con licencia y el ex titular de la SSC sonríen y se acercan en el break identificado por la fotografía y el título asignada a ella por MILENIO este jueves.