Justo en este mes pero hace 30 años inició la documentación de los feminicidios de Ciudad Juárez en el estado de Chihuahua. En la columna anterior expusimos la deuda que tiene el estado con las familias de esas víctimas y de las que se han sumado en todo el país.
A 30 años de distancia tras conocer varios casos notamos el grado de perversidad hacia las víctimas. Por ello con todo derecho es que familias y organizaciones reclaman acciones concretas y no solo simulaciones.
De acuerdo al libro de Feminicidio en México de Patricia Olamendi existen 14 tipos de feminicidio en nuestro país, leyendo la descripción de cada uno de estos noté que al menos 5 de ellos sí se han presentado en la entidad.
Feminicidio íntimo, es el cometido por un hombre con quien la víctima tiene un vínculo, puede ser el marido, exmarido, compañero, novio, exnovio o amante, y el ejemplo que me viene a la mente es el caso de la Colonia 10 de mayo, ocurrido el pasado 31 de julio.
Si vamos al feminicidio no íntimo, el cual es cometido por un hombre que no tenía una relación amorosa con la víctima, citamos el feminicidio de María Eugenia Ocampo, psicóloga que fue asesinada por un albañil que trabajó en su casa.
De los más crueles, tenemos el feminicidio infantil. Recordemos el caso de Allison Gabriela, una pequeña de tan solo 2 años y 3 meses de edad, cometido por su padres y sucedido en la colonia Santa Cruz Los Ángeles en 2020. Aunque también tenemos el caso de Emeli, niña de 11 años que fue violada en su propia casa en 2018, en una localidad de Tulcingo del Valle, quien fue encontrada sin vida y con huellas de sangrado.
Respecto a los feminicidios sexuales sistémicos desorganizados, donde la mujer es secuestrada, torturada o violada, podemos citar el feminicidio de Yolanda, quien tenía 30 años, fue violada y su cuerpo fue abandonado en un terreno baldío cerca de la Central de Autobuses de Zacatlán, esto en 2023.
Finalmente, respecto a los feminicidios sistémicos organizados tenemos el de Esmeralda Gallardo, quien era una madre buscadora, pues estaba rastreando la huella de su hija desaparecida, Betzabé, de 24 años de edad. Esmeralda fue asesinada a balazos cerca de la unidad habitacional Villa Frontera por sujetos relacionados a una banda de narcomenudistas.
Golpes, apuñalamientos, tortura, persecución y violencia extrema es lo que tienen en común estos feminicidios, razones suficientes para que nunca sean olvidadas.