Las mujeres mexicanas constantemente nos muestran que se puede llegar hasta lo más alto, y este mes la revista Forbes lanzó su edición Las 100 Mujeres más poderosas de México de 2025.
Las líderes de la lista demuestran que se pueden influir en la vida empresarial, política y social de nuestro país.
A nivel nacional Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México y Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria, destacaron en el servicio público. En el caso de Puebla si hiciéramos una lista similar tendríamos que incluir a la única gobernadora que hemos tenido, Martha Erika Alonso, así como a algunas legisladoras y políticas actuales.
En el ámbito empresarial nacional sobresale María Asunción Aramburuzabala, presidenta de Tresalia Capital o Laura Diez Barroso, presidenta del Grupo Aeroportuario del Pacífico y del Consejo de Administración de Santander México, líderes en sus respectivas industrias. En el caso de Puebla no podríamos omitir el nombre de Olivia Salomón, empresaria, ex Secretaria de Economía del Estado de Puebla, y actual Directora General de la Lotería Nacional.
En las bellas artes nacionales resuena el nombre de Alondra de la Parra, directora de orquesta, en la danza sobresale la bailarina Elisa Carrillo y en las letras brillan Elena Poniatowska y Margo Glantz Shapiro. Pero en Puebla destacaría a Ángeles Mastretta, Beatriz Meyer y escritoras de las nuevas generaciones.
En el ámbito social de Forbes aparece el nombre de la activista poblana Olimpia Coral Melo, fuerte combatiente contra la violencia digital, pero si la lista fuera local agregaríamos a la fundadora del colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, María Luisa Núñez.
Este año se incorporó la representación regional diversa, donde aparecen Julieta Venegas, Carla Morrison y Daniela Souza. En nuestro caso podríamos nombrar a Lilia Cedillo Ramírez, rectora e investigadora de la BUAP, así como gestoras culturales, científicas y representantes de la música local.
En resumen todas estas mujeres son protagonistas de un espíritu invencible que se abre paso entre la violencia de género. Demostrando que sí se puede llegar más alto.