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Gago, de vuelta para afrontar la antipatía de la afición

Tan buen equipo, el Necaxa, que estuvo a un tris de eliminar a Tigres en la pasada ronda final del torneo Clausura. Estamos hablando de un club que no compite, en cuestión de dineros contantes y sonantes, con los ricachones del balompié azteca. Tampoco son comparables las arcas de los grandes del futbol mundial –el PSG, financiado por los petroleros qataríes, se ha gastado unos dos mil millones de euros (25 mil millones de sobrevaluados pesos mexicanos, al tipo de cambio vigente este fin de semana) en la compra de jugadores obligadamente galácticos— pero, hablando justamente del representante futbolero de la comarca en que vivo la vida de todos los días, los dos millones y medio de dólares de la cláusula de recisión que inscribieron los abogados del club hidrocálido en el contrato de Nicolás Larcamón no son poca cosa.

Esa suma, justamente, tan tiene lo suyo que el equipo cementero que acaba de robarse al estupendo técnico argentino –que diga, de hacerse con sus servicios— no la desembolsó de un tirón sino que mendigó para pagarla en cómodas mensualidades.

En principio, no se entendería por qué el Cruz Azul se deshizo de Vicente Sánchez, un gran profesional, pero desde que uno de los patrones del odiosillo América puso de patitas en la calle a Leo Beenhakker sabemos que en el balompié mexicano no cuentan las capacidades ni los talentos sino los caprichos de quienes mandan arriba.

Y, pues sí, parece que don Vicente no se entendió con el señor Iván Alonso, director deportivo de la Máquina, y que el presidente del club prefirió dispararse a los pies al tomar partido a favor del mentado cabecilla en lugar de ejercer de conciliador. Bastaba con organizar una carne asada seguida de generosas degustaciones de tintos suramericanos. Pero, qué caray, parece ser que la vocación autodestructiva del Cruz Azul se sigue consolidando de la mano de Víctor Velázquez, el supremo mandamás de los cementeros.

El tema, pues sí, es que llega Larcamón. Pero, miren ustedes, el hombre no sólo suelta las riendas del Necaxa sino que los directivos de su anterior equipo le han abierto las puertas a… ¡Fernando Gago!

Sí señor, el mismísimo que dejó plantadas a mis Chivitas de la manera más inelegante y mentirosa para ir a fracasar a su Argentina natal. Ahora, luego de que le dieran las gracias en Boca Juniors (cayó en la Copa Libertadores ante el Alianza Lima y no pudo pasarle encima a su archirrival River Plate en el gran clásico del futbol porteño), regresa a México sin mayores preocupaciones ni problemas de conciencia.

No ha sido la mejor de las decisiones, a mi entender. Y no por los muy medianos desempeños del sujeto como director técnico sino por la impopularidad del personaje. Los aficionados estadounimexicanos, así de susceptibles y patrioteros como somos, nos sentimos agraviados por los desprecios de don Gago y se los vamos a cobrar en las gradas de los estadios.

Desafortunadamente, el que va a pagar los platos rotos es el equipo aguascalentense. Imaginen ustedes, desde ya, un Chivas-Necaxa. Pero, las cuentas seguirán pendientes en muchas otras canchas. ¿No hubiera estado mil veces mejor un trueque Nicolás Larcamón-Vicente Sánchez?


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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