Va quedando claro que no todos los miles de millones de pesos recortados a salud, ciencia, educación y fondos para atender desastres naturales fueron a perderse en el hoyo negro de la ineptitud megalómana de López Obrador. Parte de ese dinero se destinó a generar, casi de la noche a la mañana, una prosperidad asombrosa, desbordante, aunque no para los mexicanos, fueran a creer, sino para los más fieles solovinos del nuevo y recargado partido de Estado. Y luego dicen que la izquierda no sabe crear riqueza.
Veamos: la Auditoría Superior de la Federación denuncia un boquete en el Conahcyt por 57 millones de pesos, mientras la hija de María Elena Álvarez-Buylla presume su nuevo estudio en Tlalpan: “El camino al dominio de la artista serpentea entre árboles de tepozán, un jardín de vegetales, suculentas y salvia”, dice la revista Dwell.
Diana Karina Barreras, hoy conocida como Dato Protegido, logró amasar en un par de años un clóset lleno de accesorios de Cartier, Tiffany, Vuitton, Versace y Prada que avergonzaría a la cueva de Alí Babá.
Ana Gabriela Guevara viajaba en primera y cenaba a todo lujo en París, mientras en la Conade no dejó ni para el teléfono. En febrero pasado la Auditoría Superior de la Federación presentó dos denuncias en su contra por 279.6 millones de pesos, y esto solo en el ejercicio 2022.
Seis de los 13 ranchos de José Ramiro López Obrador —y 694 cabezas de ganado— fueron comprados días después de que AMLO llegara a la presidencia. Del Kusama y de los Prada que Andy López se trajo de Japón ya sabemos, y ni modo de aludir al clásico de su hermano José Ramón, ese que dice que parece que su señora tiene dinero.
En julio pasado, en el hotel Villa Magna de Madrid, donde las habitaciones más sencillas se tasan en cerca de mil dólares, Pedro Haces, líder obrero, diputado por Morena y dueño de una milpita en el Ajusco con caballerizas, plaza de toros, palenque, viñedos y, por supuesto, capilla, festejó su cumpleaños número 60. Antes había hecho un coctelito en el hotel St. Regis de la capital, para los que no viajan.
Este verano Miguel Ángel Yunes, luego de amarrarle la pata al Poder Judicial, fue visto gozando a cabalidad de sus 30 monedas en un club de playa cercano a la isla de Capri, en Italia, a donde solo se llega en yate.
Mario Delgado, ex dirigente de Morena y ahora secretario de Educación, omitió en su última declaración patrimonial un cero en el valor de su flamante departamento de 15 millones de pesos. Y luego por qué coleamos todas las tablas internacionales de matemáticas.
La guapa hija de Rutilio Escandón, ex gobernador morenista de Chiapas y cónsul mexicano en Miami desde principios de 2025, presumía en sus redes sociales, antes de cerrarlas, su estética buchona, dándose un quien vive en joyas, ropa y accesorios con Dato Protegido.
Y no olvidemos el viajante en misterioso avión privado y recién dueño de una casita tepozteca de 12 millones de pesos, el senador de Morena Gerardo Fernández Noroña, quien hasta hace poco vivía en una vecindad cercana a Santo Domingo.
Provecho con esa honestidad valiente, valedores.