Es burlarse de la realidad decir que el año próximo México va a contar con uno de los mejores sistemas de salud del mundo.
Casi desde el comienzo de su sexenio al presidente Andrés Manuel López Obrador se le metió en la cabeza que, para el fin de su mandato, el sistema mexicano de salud iba a parecerse al de Dinamarca.
Nunca dijo por qué Dinamarca, un país que solo tiene 6 millones de habitantes y un ingreso por habitante de 96 mil pesos mensuales.
Si la madurez se define por la capacidad del individuo para fijarse metas realistas, en palabras de William Shakespeare, algo huele muy mal en Dinamarca.
Hasta 2018 en lo único que los servicios que prestan ambos países se parecían era en la política de vacunación. Entonces México contaba con uno de los cuadros más amplios de vacunación gratuita de todo el mundo. Sin embargo, en los últimos cinco años cayó en un 70 por ciento la aplicación de vacunas para las infancias. Hoy solamente tres de cada 10 menores cuentan con un esquema completo de atención.
Otro desastre de enormes proporciones fue la creación y luego el enterramiento del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que debió haber sustituido al Seguro Popular. Cuatro años se perdieron tratando de inventar un aparato que nunca funcionó y cuya desaparición generó un grave descalabro que el IMSS tardará varios años en resolver.
Como consecuencia de este desastre cayeron casi en un 60 por ciento las consultas médicas. Hoy una mayoría de pacientes es víctima de esperas larguísimas que ponen todos los días en riesgo la salud.
Un error atómico más fue haberse comido el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), el cual contenía el ahorro destinado para atender las enfermedades más costosas, como el cáncer o la diabetes. Este dinero se desvió para pagar gasto corriente.
Otra estampa de la tragedia es la escasez de medicamentos. Destacan las prescripciones psiquiátricas y también las oncológicas. La política de desabasto ha hincado principalmente sus dientes contra las poblaciones que menos tienen.
Zoom: “Al final del mandato, el sistema público de salud será uno de los mejores del mundo”: hay temas donde mofarse es menos inmoral.