Un procedimiento es la hoja de ruta con etapas establecidas que deben recorrerse para avanzar hacia la meta propuesta.
Por eso, en cada fase debe hacerse un alto para retomar el propósito fijado, sopesar cómo se resolvieron los problemas que hubo, y prever cómo enfrentar los venideros.
Ahora que Xóchitl Gálvez ya es la Responsable Nacional del Frente Amplio por México (FAM), es importante mirar retrospectivamente la trayectoria del FAM.
Sus raíces son las organizaciones ciudadanas que se manifestaron en defensa del INE, para evitar la consolidación de un régimen autoritario y con un partido hegemónico que siga quebrantando las instituciones sin resolver los problemas fundamentales.
El complemento de la acción ciudadana fue la decisión histórica del PAN, PRI y PRD, de ponerse del lado de quienes anhelamos la seguridad, la paz y el desarrollo equitativo en un Estado de Derecho real.
Así, con fundamento en el artículo 85 de la Ley General de Partidos Políticos, doscientas cincuenta organizaciones civiles y los tres partidos, integraron el FAM para defender la democracia a través de la participación ciudadana.
La hoja de ruta para elegir al responsable del FAM, la estableció el Comité Organizador integrado por ciudadanos.
El Procedimiento fue la obtención de firmas para la nominación de candidatos, debates, encuestas y la votación personal.
Xóchitl Gálvez despertó el entusiasmo y obtuvo la aprobación mayoritaria en las encuestas, por lo que la votación personal fue innecesaria.
Su nominación es la justa respuesta a la ciudadanía y a los partidos que la apoyan.
También debe reconocerse la experiencia, los conocimientos y la altura de miras que caracterizaron a Santiago Creel, Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes. Xóchitl Gálvez y ellos demostraron que la argumentación y la civilidad pueden imperar en los debates y campañas políticas.