La reforma de la Ley del Banco de México (BM) que lo obliga a ser comprador de última instancia de dólares en efectivo, requiere la aprobación de los senadores y diputados; los primeros ya la aprobaron, faltan los diputados.
La reforma violaría la autonomía constitucional del BM, porque interfiere en su función y administración; además, lo hace asumir el riesgo de comprar dólares ilícitos y de cometer, así, el delito de lavado de dinero, y poner en peligro la estabilidad financiera.
El BM obtuvo que los diputados aplacen la votación; pero por la trascendencia del tema es importante tener presente qué es el BM, cuál es su función y por qué es necesaria la autonomía.
El BM es el banco central mexicano, se constituyó en 1925, durante la presidencia de Calles y siendo secretario de Hacienda Alberto J. Pani.
Tiene la facultad exclusiva de crear el dinero, regular la circulación monetaria, fijar la tasa de interés y el tipo de cambio.
Además, tiene a su cargo las reservas nacional e internacional; que son, respectivamente, las divisas y el oro libres de gravámenes y de disponibilidad irrestricta; y los activos financieros invertidos en el exterior.
Sirven para mantener la estabilidad, el poder adquisitivo del peso y la estabilidad macroeconómica.
Se le otorgó la autonomía constitucional en 1994. El artículo 28 constitucional dispone que el Estado tendrá un banco central autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración.
Su finalidad es procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso; y ninguna autoridad puede ordenarle que conceda financiamientos.
Si el BM perdiera su autonomía, perdería también su razón de ser; volveríamos a los tiempos en que los presidentes ordenaban la emisión de dinero, la concesión de préstamos y a disponer de las reservas.
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