Hablar de dinero en México está mal visto, es indiscreto y pretencioso. Quienes desean ser millonarios o lo son, no deben decirlo muy fuerte. Mientras tanto, en Estados Unidos hay multimillonarios muy vocales: Elon Musk alardeó de donar enormes cantidades de dinero a la campaña de Donald Trump, y Jeff Bezos fue muy honesto sobre los 50 millones de dólares que costó su boda de tres días con Lauren Sánchez.
Cada quién hace con su dinero lo que le plazca; lo que sucede en México versus EU muestra la percepción de la generación de riqueza, cómo se crece, utiliza y luego transfiere.
Las personas que tienen más de un millón de dólares en activos invertibles son denominados individuos de alto patrimonio neto, que viene de High Net Worth Individuals (HNWI). Los mexicanos en ese rubro son inversionistas muy conservadores, pues 63 por ciento de sus portafolios está en deuda local, reveló el estudio Wealth Pulse 2025 de Invested y Allianz. Se prefiere lo tangible y seguro, otros favoritos son los inmuebles, con un un rol “emocional, todavía ligado a la identidad familiar”, y los negocios privados.
En EU, más de dos terceras partes del patrimonio de los HNWI está en activos como la renta variable, alternativos y estrategias internacionales. La tenencia de bienes inmuebles en los family offices ha bajado y se opta por mandatos temáticos o vehículos especializados.
Analizar a fondo la generación de patrimonio en México ayudaría a entender cómo se mueve el dinero, cómo se preserva, y permitiría una evolución “hacia prácticas financieras más sólidas, con visión global y estructuras que respaldan los sueños y aspiraciones de las familias mexicanas”, dice Christian Hauswaldt, director general de Invested.
Además del empeño por la estabilidad sobre el crecimiento, hay otros hallazgos alrededor de los HNWI en México. Por ejemplo, muchos tienen una arquitectura de ingresos diversa, es decir, tienen flujos corporativos que complementan con consultorías, proyectos paralelos y honorarios especiales, detalla el estudio. Este rubro concentra más de un tercio de sus ingresos totales. Los más ricos tienen más de una chamba o una fuente de ingresos.
Otro hallazgo: el peso de la estructura familiar. Ocho de cada 10 pesos de estos HNWI sostienen estructuras familiares; en la educación se invierte entre 18 y hasta 25 por ciento del ingreso. Como dice el estudio: “los gastos revelan qué se prioriza”.
Charlé con Christian hace un año sobre la intención de realizar este estudio único en su tipo que ahora publicado permite asomarse a cómo se construye, protege y disfruta un patrimonio de alto valor. Sigo pensando lo mismo: a todos, incluso los más ricos, nos beneficiaría hablar más de dinero.
