Muchos trabajos en México, sobre todo en el sector informal, ofrecen ingresos que apenas superan o incluso igualan el salario mínimo. Empresas y empleadores, en su búsqueda de reducir costos y maximizar utilidades, tienden a contratar con el menor salario permitido por la ley. El paso de un salario mínimo a dos depende, en gran medida, de la existencia de oportunidades de promoción o de mayores responsabilidades, algo que no siempre se da en sectores con alta rotación y baja profesionalización.
Alrededor de 10 millones de mexicanos salieron de la pobreza, y generalmente la referencia es a la medición de pobreza multidimensional, a cual no solo considera los ingresos de las personas, sino también si cuentan con acceso a derechos sociales fundamentales como educación, salud, seguridad social, vivienda adecuada, servicios básicos y alimentación.
Así que para que se considere que una persona “salió de la pobreza” bajo este enfoque debe haber mejorado tanto en sus ingresos como en el acceso a estos derechos.
En ocasiones el avance se mide solo por ingresos (quienes superan una línea mínima de ingreso mensual), pero en México lo más común es que el dato oficial hable de pobreza multidimensional. Así, una persona puede salir de la pobreza si su ingreso supera el umbral definido y, además, ya no tiene carencias sociales severas, o si reduce las carencias sociales, aunque su ingreso siga siendo bajo.
Sin embargo, salir del rango multidimensional no significa necesariamente que todas las personas vivan en condiciones óptimas, sino que han alcanzado un mínimo suficiente en cuanto a ingreso y derechos sociales.
La pobreza multidimensional evalúa de manera integral el bienestar de las personas, mientras que la pobreza laboral se concentra solo en la suficiencia del ingreso laboral para garantizar la alimentación básica. Conocer ambas medidas ayuda a diseñar y evaluar políticas sociales más efectivas y adaptadas a la realidad de la población.
Pero en términos generales suele ser más fácil salir de la pobreza laboral que de la multidimensional, aunque cada caso depende de contextos individuales y sociales. La razón principal es que la pobreza laboral está vinculada al ingreso y condiciones de empleo. Un aumento salarial, la obtención de un empleo formal o el acceso a prestaciones laborales pueden mejorar rápidamente la situación económica de una persona en pobreza laboral.
En cambio, la pobreza multidimensional implica carencias en diversas áreas. Superarla requiere intervenciones integrales: acceso a educación de calidad, salud, vivienda digna y servicios básicos, además de mejoras en el empleo. Estos cambios suelen ser más lentos y requieren políticas públicas coordinadas, inversión social y esfuerzos sostenidos a lo largo del tiempo.
Por tal motivo, hemos encontrado del análisis reciente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) los siguientes datos que pueden ayudar a más mexicanos a salir de la pobreza laboral, logar menos pobres multidimensionales y, con esto, generar que la carga presupuestal tenga menos estrés en el gasto programado al tener menos ingresos para cubrir los programas sociales del gobierno, y que no se cubra por medio de deuda pública.
- Actualmente, dentro de la población económicamente activa (PEA) existen 21 millones de mexicanos que ganan un salario mínimo. Cuando menos 50 por ciento debe pasar a dos salarios.
- Según el último censo Enigh, y con datos de la PEA, puede haber alrededor de 19.59 millones de hogares con un ingreso promedio de un salario mínimo por las personas perceptoras (en 2024 eran 2.20 perceptoras de ingresos por hogar).
- En 2024 había 38.83 millones de hogares, con un total de habitantes por hogar de 3.35. El número de personas mayores de 15 años y menores de 64 ha disminuido, pero ha aumentado la cantidad de mayores de 65 años. Esto puede causar un problema en el mediano plazo a la carga del gasto programado respecto a la parte de protección social.
- Del total de la población mexicana, 21.90 por ciento está en zonas rurales y 78.10 por ciento en urbanas.
- En México existen 38 millones de hogares: 30 millones están en zonas urbanas, y de los cuales 15 millones tienen al menos un salario mínimo. Respecto a la zona rural, hay 8 millones, de los cuales 4.3 millones cuenta con al menos un salario mínimo. Para dejar la pobreza se requiere llegar a dos salarios mínimos por hogar que entren por medio de las personas perceptoras de ingresos.
- El ingreso de los hogares alcanza a cubrir el gasto corriente monetario, pero esto es gracias a las ayudas gubernamentales, jubilaciones y pensiones; sin embargo, quitando estos conceptos, la zona urbana tiene un flujo de efectivo de mil 436 pesos y la zona rural está en negativo con 2 pesos.
- Los asalariados de un hogar en la zona urbana están en positivo, incluyendo jubilaciones y pensiones, pero en la zona rural está negativo. Los hogares con solo con el salario bruto no alcanzan a cubrir el gasto corriente monetario.
- El ingreso multidimensional considerando los datos de Enigh en forma mensual, bajo la premisa de un valor constante, es de casi 26 mil pesos, y depende de 2.2 personas perceptoras de ingresos de 3.35 que viven dentro del hogar; de 60 a 70 por ciento de las personas tiene que trabajar.
- La inflación en 2018 fue de 4.83 por ciento y en 2024 de 4.21 por ciento. La inflación acumulada de 2018 a 2024 alcanzó 27.66 por ciento. El ingreso tangible de un hogar creció 17.05 por ciento, por lo que está 10 por ciento por debajo de la inflación acumulada. En el corto plazo, los programas sociales podrán estar por arriba de los ingresos por jubilaciones.
- De los ingresos totales por hogar, el urbano es casi dos veces mayor que el rural. La jubilación y pensión es un rubro dos veces mayor en zona urbana que en rural. A corto plazo, las jubilaciones en la parte rural pueden ser menores que los ingresos por programas sociales.
- El ingreso por trabajo es dos veces mayor en la zona urbana que en la rural. Los programas sociales son mayores en las zonas urbanas respecto a las rurales.
- Al considerar solo el ingreso del asalariado dentro de la estadística de la Enigh, se observa que el ingreso tangible de las personas asalariadas creció 13.88 por ciento, el cual estuvo 14 por ciento por debajo de la inflación acumulada. Las personas asalariadas dentro del hogar perciben cuando menos un salario mínimo del promedio observado en la encuesta.
- El ingreso por hogar total del asalariado es casi dos veces mayor en la zona urbana que en la rural. Jubilaciones y pensiones son dos veces mayores en las zonas urbanas respecto a las rurales. En el corto plazo, las jubilaciones en la parte rural pueden ser menores que los ingresos por programas sociales.
- Los asalariados en la zona urbana son mejor pagados, siendo la relación dos veces mayor que la rural. En las zonas rurales los ingresos por programas sociales son la mitad al comparar con las zonas urbanas.
Entonces por qué no pueden pasar los hogares de uno a dos salarios mínimos:
Pasar de un salario mínimo a dos en México es un reto para una gran parte de la población debido a la estructura del mercado laboral, la falta de movilidad, la educación, la informalidad y la escasa negociación colectiva. Superar estas barreras implica cambios estructurales en la economía, mayor acceso a la educación y mejores oportunidades de empleo formal para todas las personas.
Resumen: con estos datos se observa que falta mucho para que las personas tengan un ingreso por hogar suficiente para tener buena calidad de vida, solo cubre la salida de la pobreza multidimensional, lo cual hoy depende de los programas sociales, pensiones y jubilaciones para compensar los ingresos necesarios para cubrir el costo monetario mensual.