Cultura

Un sonero para recordar

En el día de Santa Cecilia que pasó se cumplió también un aniversario más del nacimiento del compositor e intérprete cubano Adalberto Álvarez (1948-2021), uno de los músicos más apreciados en la escena del son tradicional revolucionado por él, un género presumiblemente nacido en la segunda mitad del siglo XIX.

Adalberto Álvarez, a quien llamaron “el caballero de la salsa”, ejerció su pasión musical desde los 9 años, con su padre Enrique “El Nene”, director del grupo Avance Juvenil, en su natal Camagüey (aunque su acta oficial dice que nació en La Habana, capital del Cuba).

A los 24 años se convirtió en fagotista y profesor de la Escuela Provincial de Arte de su tierra natal; en 1978, vivía ya en Santiago y fundaba Son 14, su primera agrupación, que añadió nuevos conceptos de armonía, orquestación y texto al son, con amplia aceptación popular; en 1984 fundó Adalberto Álvarez y su Son, una orquesta única que por 40 años estudió y divulgó la original complejidad de la armonía y rítmica del son de Cuba, interpretando sones, protosones, parasones, soncitos, sones primigenios, nengones, changüíes… difundiendo en el mundo la riqueza musical cubana de la mano del sonero venezolano ya afamado Óscar D’ León, su primer impulsor.

Otra de sus cualidades como animador de la escena musical de Cuba es su persistente interés por preservar el casino, estilo de baile desarrollado desde la mitad del siglo XX hasta la actualidad, con una creciente simpatía de casineros de todo el mundo, pues este estilo no solo es de un baile de pareja, sino también una experiencia estética de participación colectiva llamada rueda de casino, que le ha dado reconocimiento mundial, al tiempo que una amplísima causa de seguidores y practicantes en muchos países del orbe.

A sus discos (fundacional el álbum “Para bailar casino” de 2003), le suceden programas de televisión, fiestas comunitarias, festivales y peñas organizadas por Adalberto Álvarez para fomentar el casino y el son, elementos sustanciales del baile popular de la isla.

Hoy en día, si quiere hacerse un recuento de las aportaciones de Adalberto Álvarez a la cultura cubana, se comprobará que son incontables, y tienen un carácter único porque nacieron de su compromiso por preservar la esencia religiosa y musical de la isla, crisol de culturas fusionadas de la más extensa diversidad.

Hoy, su música se sigue escuchando en los salones de baile, y se cita cuando de conocer la historia artística y social de Cuba se trata. Homenaje sin fin a este músico singular.

A su muerte, ha seguido una revalorización mundial del son y del casino; la euforia por el baile ha ganado adeptos en Europa, Asia y América, y continúa ampliándose; en mucho, se debe al impulso de Adalberto Álvarez y la poderosa generación de músicos que hoy está cumpliendo el sueño de contagiarnos la alegría de bailar casino y son.


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Porfirio Hernández
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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