La declaratoria de validez de la elección del domingo 5 de junio y la constancia de mayoría que acredita a Américo Villarreal Anaya como gobernador electo de Tamaulipas, no hacen mella en el ánimo de la esquina contraria o, al menos, en sus dos figuras más conocidas.
“No estamos derrotados” dicen que dijo Francisco García Cabeza de Vaca el sábado en una reunión con simpatizantes en Tampico, en la que estuvo también el candidato César Verástegui Ostos.
El ex secretario general de Gobierno de Tamaulipas confirmó, días antes al encuentro del fin de semana en el hotel Posada, que impugnarán la elección de la que resultó ganador Américo Villarreal por cerca de 90 mil votos.
El mandatario estatal y el panista candidato de la coalición Va por Tamaulipas pidieron a los que acudieron al llamado del sábado, no darse por derrotados; formalizaron que está en proceso una impugnación y, aseguran, habrá evidencias a favor de Verástegui Ostos.
El alcalde Chucho Nader no estuvo presente en la reunión; al panista tampiqueño se le acredita el triunfo de su candidato en los dos distritos electorales que tiene la ciudad. La asistencia del presidente municipal no se hizo pública, ni tampoco se sabe si fue convocado.
Entre los auténticos panistas de Tampico, los de siempre, creen que es mejor para Chucho estar al margen del pleito poselectoral del que aseguran es más un tema de una facción del partido a la que está muy cerca de acabársele el corrido, que de la misma institución política fundada por Manuel Gómez Morín.
El equipo legal del candidato de la coalición Va por Tamaulipas, encabezado por el ex consejero electoral del INE Marco Baños, desafía la voluntad ciudadana de casi un millón 500 mil tamaulipecos que salieron a votar, y de otros tantos que dedicaron semanas de su tiempo a prepararse en organizar, capacitar y vigilar en la elección.
El argumento de los inconformes es la presunta intervención del crimen organizado, además de la coacción del voto por servidores públicos, en ambos casos a favor de la candidatura conjunta de los partidos Morena, Verde y del Trabajo.
La narrativa de la presencia de la delincuencia jugando para Morena fue la constante durante la campaña y nada se comprobó, aunque ahora persiste la confianza de que sí pasará; de ese lodo que pretende ensuciarlo todo, es del que se tienen que poner a salvo los auténticos panistas, dicho por ellos mismos. _