Política

La justicia no se negocia

  • Tribuna
  • La justicia no se negocia
  • Pedro Elizalde

Lo que está en juego en el proceso electoral extraordinario 2024–2025 en Tamaulipas no es solo la integración del Poder Judicial, sino el tipo de justicia que queremos para el futuro: una justicia verdaderamente independiente o una sometida a los intereses de quienes ya han tenido en sus manos el poder y lo utilizaron para protegerse a sí mismos.

El llamado de Morena a que el Partido Acción Nacional y su dirigente estatal, Luis René Cantú Galván, “saquen las manos” del proceso es más que una consigna partidista. Es una defensa del principio básico de la democracia: que la ley debe ser respetada por todos, especialmente por quienes han hecho de la política su oficio.

Resulta alarmante que, en pleno proceso de renovación judicial, sectores del viejo régimen recurran a estrategias conocidas: sembrar desinformación, atacar desde los medios y acusar sin pruebas. Ya no sorprende. Lo han hecho antes. Lo preocupante es que aún pretendan que esas prácticas sigan teniendo efectos sobre una ciudadanía cada vez más consciente.

Los intentos por desacreditar la legitimidad del proceso judicial —con acusaciones infundadas sobre supuestos contratos ilegales o el uso indebido de recursos públicos— son parte de una narrativa construida para desacreditar lo que no pueden controlar. El mensaje es claro: si la justicia no les obedece, entonces la justicia “está mal”.

Pero no. Lo que está mal es querer seguir manoseando las instituciones. Lo que está mal es convertir la libertad de expresión en pretexto para lanzar calumnias y frenar procesos que buscan reparar el daño que la corrupción dejó en Tamaulipas.

Se equivocan quienes creen que el pueblo ya no tiene memoria. Hoy, más que nunca, hay una exigencia viva por instituciones que sirvan a la gente, no a los partidos. Y si hay algo que debe quedar claro, es que la justicia no se negocia, no se reparte, no se compra ni se tuerce.

Morena ha puesto el dedo en la llaga. Lo que está en juego no es una simple elección interna. Es la posibilidad de tener jueces libres, sin vínculos con el pasado, capaces de aplicar la ley con imparcialidad y sin presiones externas. Esa es una transformación de fondo, y por eso molesta tanto.

Como ciudadanía, nos toca exigir altura de miras, respeto a la legalidad y responsabilidad política. Porque sin justicia independiente, no hay democracia posible.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.