Hace unos días Morena dio a conocer la lista de los aspirantes finalistas a las candidaturas para las gubernaturas y CdMx para 2024. La realidad para la capital del país es que la decisión está entre dos personajes: la alcaldesa con licencia de Iztapalapa, Clara Brugada, y el ex secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch.
La verdadera contienda por la silla de la capital mexicana se librará dentro de las filas de Morena con su tradicional método de elección, y que es la encuesta. Ahí, García Harfuch lleva las de ganar, al menos, con más de 10 puntos de ventaja. Lo que ha desatado una ola de ataques desde el interior, con la narrativa descalificadora de que ‘¿cómo un policía va a gobernar?’.
No hay discusión en el sentido de que Omar García Harfuch llegó a mover el tablero de un ambicioso grupo con manejo de ‘las bases’, que ya se visualiza en diferentes puestos estratégicos de la ciudad. Como si a Morena y sus aliados no les bastara como experiencia el desgaste que implicó el proceso de selección de las llamadas “corcholatas”, donde la unidad casi se rompe, poniendo en riesgo a su ahora coordinadora.
Otro fantasma a considerar tendría que ser 2021, cuando las clases medias, el voto de castigo a AMLO y malos candidatos, los llevó a perder la mitad de la plaza. En Morena saben que no es momento de confiarse. No, si la política es una combinación de pragmatismo, estrategia y popularidad para ganar elecciones.
La candidata de Morena a la Presidencia, Claudia Sheinbaum, va arriba en las encuestas, pero falta un año. Y saben -o por lo menos calculan- que Harfuch representa ese arrastre que les falta en la capital, les asegura la estabilidad y le apalanca la campaña a Claudia en el bastión de Morena.
Un reto para Harfuch es demostrar que no solo es ‘el súper policía’, sino un político; funcionario público que conoce la ciudad, especializado en seguridad, sí, pero con formación técnica y enfocada al desarrollo de políticas públicas y sociales.
El otro reto, la repartición de candidaturas por cuotas en materia de género.
Palabras clave
Pragmáticamente: el voto duro ya lo tienen, y es de AMLO; Clara Brugada es indispensable como probada y efectiva operadora electoral, movilizando a las bases. La pinza pudiera cerrarla, un candidato ‘con jalón’ como Harfuch y una operadora como Clara.
Aunque siempre exista la opción de complicarse un poco la estrategia… y la existencia.
