Nada tiene que ver el título del artículo con la campaña de algún supermercado ni con los memes de Julio Iglesias, sino con la realidad del inexorable paso del tiempo a punto de finalizar el mes de julio de 2024.
Para los que nacimos en el milenio y el siglo pasado, en los años sesenta, a veces tenemos un lapsus del tiempo que ha transcurrido del 2000 a la fecha y nuestra mente quisiera pensar que los setenta, ochenta y noventa fueron apenas hace 20 o 30 y no hace 40 o 50 como son en realidad.
Así de lejanos están esos ayeres y en este 2024 estamos a punto de entrar en agosto y con ello la cuenta regresiva para recibir en enero el primer cuarto del siglo 21.
¿Cómo va tu año? ¿Cómo va la década? ¿Cómo va el milenio? ¿Te has detenido a responder estas preguntas?
Para los de mi generación y anteriores (mi padre cumplirá 85 años en agosto si Dios quiere), a pocos meses de arribar al 2025, el “mundo del futuro” ¿es como esperábamos?
Sin darle seguimiento como en otras ocasiones, por ejemplo, a los Juegos Olímpicos de París, más allá de lo poco que he visto en redes, sobre todo relacionado a la inauguración, me pregunto qué tan similares o tan diferentes serán de los de Barcelona 92, cuando me tocó trabajar como jefe de información para la sección deportiva de un medio impreso.
Sin duda el mundo, el planeta y el ser humano hemos cambiado, para bien en algunos casos y para mal en otros.
Sin ir más lejos, este caluroso y lluvioso mes de julio que está por irse, ¿es similar a lo que te habías imaginado el pasado fin de año? ¿Está mejor? ¿Peor? ¿Igual?
La frase multicitada de que el tiempo pasa volando a veces es más real que metafórica.
Por ello sigo suscribiendo la forma de vivir de los alcohólicos anónimos de “un día a la vez” en manos de Dios.