Cultura

Perdonar

En el programa de los 12 pasos de los Alcohólicos Anónimos, igual que en otros métodos terapéuticos y espirituales, la importancia de perdonar está ligada intrínsecamente al crecimiento que las personas podemos tener si lo experimentamos.

¿Pedir perdón? ¿Perdonar? ¿Vivir con culpa o con vergüenza? ¿Hasta cuantas veces perdonar, preguntan los discípulos a Jesús? La acción de perdonar ¿es para mí o para el otro?

La palabra perdonar proviene del latín “perdonare”, que significa “dar por completo”. Se compone del prefijo per (completamente o a través de) y el verbo donare (dar, regalar). Por lo tanto, el diccionario de la lengua española y el diccionario etimológico castellano, señalan que perdonar implica dar algo, como la cancelación o remisión de una deuda, ofensa o falta.

En el programa de los 12 pasos, cuatro de ellos tienen que ver con el perdón. El 4 y 5 tienen que ver con nosotros mismos, con nuestras debilidades, pecados, faltas y los daños “morales” que nos causan dolor y que pueden provenir de otras personas, así como la necesidad de escribirlo minuciosamente para leérselo en voz alta a otros ser humano, con lo que viene una sanación y liberación importante al soltar y perdonar lo que cargábamos del daño causado por otros.

Mientras, en el 8 y 9 hicimos una lista de todas aquellas personas a las que hemos ofendido y procuramos reparar el daño cuando fuera posible, sin que el hacerlo causara más perjuicios. Estos pasos liberan de la culpa, la vergüenza y del juicio autocrítico que suelen cargar los adictos cuando están en los primeros meses de recuperación.

En algunas iglesias como la católica existe un sacramento que lleva como recompensa el perdón y que es la confesión de los pecados ante el sacerdote, así como el arrepentimiento, con lo cual tus faltas son absueltas.

Incluso algunas oraciones como el Padre Nuestro rezan “perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonaremos a los que nos ofenden”.

Quiere decir esto que la remisión, absolución o cancelación de nuestras deudas, agresiones, delitos, fallas o pecados, es un acto que nos lleva a la paz y a la reconciliación para tener una nueva oportunidad de seguir adelante, como le dijo Jesús a la acusada de adulterio, arrepintiéndose y sin volver a faltar.

Sea cual sea la técnica terapéutica, la práctica espiritual o la norma legal, el perdón es un regalo que se otorga o se recibe de otra persona.

Y el más grande regalo es para uno mismo cuando suelta o perdona y se olvida de todas esas deudas, daños y heridas que han causado resentimientos, amargura, ira contenida y deseos de venganza.

Este fin de semana acudí a un poderoso evento denominada “Desafío de sanar el corazón”, en la iglesia El Cielo en Monterrey, donde me recordaron amorosamente que el perdón es el mejor regalo que puedo hacerme al soltar todo eso que puede estarme causando amargura, para encontrar mi paz y caminar nuevamente libre de equipaje, incluso cuando a quien debo perdonar en primera instancia es a mí mismo.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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