La primera semana de septiembre se llevó a cabo la edición número 20 de la Cumbre del G20 en la ciudad de Nueva Delhi. Este grupo, conocido como el principal foro de cooperación económica internacional lo conforman 19 países más la Unión Europea (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía).
La importancia de este grupo radica en que representan el 85% del producto global bruto, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional. En este foro también se incluyen 8 de los principales organismos internacionales (OIT, OCDE, BM, FMI,OMC, OMS, ONU, FSB).
¿Por qué nos interesa? Porque México forma parte de este selecto grupo, pero aun si no formáramos parte, cualquier país debe estar atento a lo que se negocia y se habla en estas cumbres, pues son quienes van marcando la agenda de las prioridades que existen en el mundo en cuanto a los temas más relevantes y que nos involucran a todos. Este año trató sobre la guerra en Ucrania, la crisis climática y el desarrollo económico. Sumada a esta agenda general no hay que perder de vista que es en donde los presidentes, primeros ministros y secretarios de estado que participan, aprovechan para tener reuniones bilaterales, es decir, uno a uno en donde negocian en lo particular. Su objetivo final es lograr políticas públicas que generen estabilidad en el mundo, con enfoque principalmente en lo económico.
El resultado de esta cumbre fue una declaración consensuada en donde los países miembro se comprometen a impulsar los puntos que aparecen en la agenda y se los voy a poner aquí con las frases clave: “Acciones concretas para afrontar retos mundiales”, “aceleración del progreso del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” , “admisión de la Unión Africana como miembro más reciente al G20”, “Disminuir emisiones de carbono”.
El secretario general de la ONU llamó a las naciones a “unirse para resolver los mayores retos de la humanidad”, lo externó como “un llamamiento simple, pero urgente”. Me parece que el secretario Guterres no debió haber utilizado la palabra “simple” pues para poder actuar necesitamos ser frontales, pragmáticos, categóricos y empezar a hablar con la verdad. Es verdad que el problema es urgente y requiere unidad, pero lograrlo no ha sido, ni es, ni será simple.