Pese a su letalidad, el Sida ha pasado a ser una enfermedad silenciosa, en el sentido de que los medios; a menos que se trate de una noticia espectacular, han dejado de informar sobre ella de manera frecuente. A más, el padecimiento parece haber sido "normalizado" e incluso y no se dice que alguien falleció por esta causa, sino de cualquier otra enfermedad que deriva del virus.
La Organización Mundial de la Salud advierte que, desde el año 2000, las nuevas infecciones se han reducido en 35 por ciento y las muertes por Sida 25 por ciento. A pesar de los avances también hay situaciones que impiden dar por hecho que podría cumplirse el objetivo de poner fin a la epidemia de Sida en 2030. Actualmente, en el mundo, 37 millones de personas viven con el VIH.
De acuerdo con un informe de UNICEF, las muertes de adolescentes a causa del Sida se han triplicado desde el año 2000. Se estima que entre adolescentes, de 15 y 19 años, se producen cada hora hasta 26 nuevas infecciones y por ello está considerada como la segunda causa de muerte en este rango de edad.
En México, hasta 2014, unas 190 mil personas vivían con el VIH. El 62.7 por ciento, conocen su diagnóstico y casi cinco mil murieron a causa de enfermedades asociadas al Sida. Hasta junio de 2015, 103 mil 726 tenían acceso a tratamientos retrovirales.
En el norte de México, el sida es la sexta causa de muerte y es entre las mujeres donde se presenta un incremento de 21 por ciento en infecciones. Tan solo en 2014, más de 100 niños nacieron infectados con VIH y, en lo que va de este año, se han registrado alrededor de 90, advierte un comunicado de la UNAM.
PASOS EN FALSO
Son ya tres años de gobierno, la mitad de un sexenio plagado de corrupción, impunidad y situaciones fuera de control y que el gobierno federal no ha podido resolver ni enfrentar de manera digna.
Enrique Peña Nieto pasó de ser la gran esperanza, para quienes votaron por él, a la gran decepción. El joven estadista, alabado en medios internacionales por sus ideas que sacarían al país a flote, hoy no es visto con buenos ojos.
México sigue hundido en la miseria, en la inseguridad y en la corrupción. Los casos son muchos.
Los allegados al presidente Peña se ven constantemente envueltos en polémicas por esa facilidad que tienen de enriquecerse y de hacer uso abusivo de los puestos que ostentan.
Tres años de desaciertos en lo personal y en lo profesional. El Presidente y su familia han sido fuertemente criticados, sobre todo por esa sobreexposición en las llamadas revistas del corazón.
Esa ha permitido conocer los excesos de la familia presidencial; paradójicamente no de sus hijos directos, fruto de su primer matrimonio, sino de su ahora esposa, Angélica Rivera y de las hijas de ésta y el productor de telenovelas, Alberto Castro, quienes gustan de derrochar el dinero público en viajes y compras ostentosas.
Los tres años del Presidente se pueden reducir a dos palabras: Fracaso impresionante.