Los países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se trazaron, en el año 2000, los llamados objetivos de desarrollo del milenio, entre ellos destacaba que para 2015 se pretendía erradicar la pobreza en el mundo. Por supuesto este logro no se ha alcanzado ni parece que pueda tener una solución, aunque el organismo eche campanas al vuelo.
Si bien hay que reconocer que con las tareas impuestas, tales objetivos han logrado paliar la pobreza extrema entre al menos mil millones de personas en el mundo; lo cierto es que las condiciones actuales de la economía y los conflictos sociales y armados que se registran en el mundo, han lanzado a más personas hacia el camino de la pobreza.
La mayoría de los gobiernos poco han hecho para detener los problemas que se acrecientan en el mundo. Ejemplo reciente el de Siria, que desde hace tres años que entró en conflicto, ha desplazado a más de 3 millones de sirios, que buscan refugio en países vecinos o en Europa, y muchos de ellos, han perdido todo y sólo viajan con lo puesto.
En Siria, 6.5 millones de personas se han desplazado dentro del mismo territorio del país, buscando seguridad, alejándose de la guerra, lo que también conlleva a abandonar sus pertenencias, lo que los condena a la pobreza.
Los objetivos del milenio tampoco han mirado hacia países como España, Grecia, Portugal, Italia, que viven una de las peores crisis económicas de su historia, y que también ha condenado a miles de personas, sobre todo niños, a la pobreza. Innumerables familias se han quedado sin hogar, ante la imposibilidad de pagar las hipotecas de sus viviendas, debido a que uno o dos miembros se han quedado en el paro y no reciben ayudas económicas.
Hay niños que solamente comen una vez al día, porque los padres difícilmente pueden comprar alimentos, por lo que tiene que acudir a la caridad. Se estima que en la Unión Europea, paradigma del desarrollo y la democracia, existen 122 millones de pobres y se calcula que para 2025, la cifra será de 146 millones de pobres, de continuar con las actuales políticas económicas.
Por otra parte, el documento de la ONU, cita que la desigualdad en el mundo, ha crecido de manera desproporcionada. "En las regiones en desarrollo, los niños de 20% de los hogares más pobres tienen más del doble de probabilidades de sufrir retrasos de crecimiento que los de 20% más rico. Es cuatro veces más probable que los niños de los hogares más pobres no asistan a la escuela que los de los hogares más ricos. Las tasas de mortalidad de menores de 5 años son casi dos veces más altas para los niños en los hogares más pobres, que para los niños en los hogares más ricos".