En octubre de 1993, en la Angelópolis fue abierta la exposición Homenaje al arte en Puebla, de la Asociación Gilberto A. C.; de ella quedó un catálogo con escasa información; en su breve introducción dice:
“Asociación Gilberto A. C. surge como respuesta a los estragos causados en nuestro territorio por el Huracán Gilberto en el año de 1988. La asociación Gilberto A. C., es una asociación civil cuya principal finalidad consiste en obtener los recursos necesarios para satisfacer los requerimientos de la población económicamente débil, afectada por las calamidades de la naturaleza.”
Y más: “El destino de esos recursos, es restituir viviendas y servicios de beneficio comunitario, así como las fuentes de empleo que se pierden por virtud de dichos desastres naturales. Es, pues, la resultante de un esfuerzo humanitario, que conociendo el potencial del mexicano y consciente de la fuerza que se genera en la unión, procura servir de enlace y apoyo ante este tipo de fenómenos naturales.”
El catálogo incluye a 48 artistas plásticos, en orden alfabético, con una ficha curricular. la única obra que podemos apreciar es la de la portada, del que resultó ser un libro: Paráfrasis de la última cena de Rubens ’93, de Raymundo Sesma (Estudios para una última cena), con una fotografía de Javier González Carlos.
¿Qué fue de aquella asociación civil?, ¿cuánto logró de lo que se propuso? ¿Cuál es el movimiento artístico poblano que se avecina para apoyar, hoy, a quienes fueron afectados por las lluvias recientes en el Estado de Puebla?
Nos queda pendiente el rescate de la historia de la Asociación Gilberto; muchos de los artistas plásticos que participaron en ella están vivos (Aurelio Leonor, subsecretario de Cultura; José Lazcarro); otros, no (Los Fernandos, Ramírez Osorio y Rodríguez Lago).
Sin duda lo que es rescatable de inmediato, es que el arte, como una actividad solidaria también puede ayudar cuando el desastre es lo que hay por enfrentar.
