Un nuevo anuncio de reforma a los planes estudio de la educación básica marcó la ascensión de la Mtra. Leticia Ramírez a la titularidad de la Secretaría de educación pública del gobierno federal.
Fuertes reacciones de diversos sectores de la sociedad en pro y en contra, por causa de los propósitos del nuevo plan. La materia educativa levanta sensibilidades y proclamas de todos los sectores sociales. Lo novedoso es la inclusión de la figura presidencial en los alegatos de ambos lados.
Desde luego llamó la atención la declaración con la cual se caracteriza el enfoque del nuevo plan:
Anticapitalista, decolonial y anti patriarcal. Rasgos ideológicos aceptables desde una mirada ideológica pues, desde luego, pensar la educación implica traer a cuenta las finalidades de esa educación, y el modo de alcanzarlas. Ahí aparece la ideología desde la cual se define el modo de conseguir esos fines. La reforma se propone desde una ideología diferente.
Se mantienen los fines: Mejor país sí, menos desigualdad sí, más justicia, menos crimen, mejor democracia sí. La variante está en los modos de cómo educar. Aquí se dividen según las miradas.
Menos desigualdad se logra, dicen unos, con más oportunidades para todos lo cual se consigue con más educación para conseguir mejores trabajos. Otros niegan: La desigualdad es fruto del sistema económico capitalista: ofrece oportunidades a los educados, a condición de que no quieran llegar a propietarios. Por eso es necesario una educación anticapitalista, con base en una organización social capaz de lograr el goce común de los bienes comunes.
Esa intelección acerca de cómo es posible el disfrute equitativo de los bienes comunes implica la reducción y eventual desaparición del sistema capitalista y sus expresiones más individualistas. Lo dicho por la secretaria y otros funcionarios sobre educación anticapitalista expresa esa ideología, opuesta a la hoy dominante. De ahí los señalamientos de unos contra otros. Poco ayudarán a la educación y al país, la cual merece una discusión muy detallada.
Ni la continuación del modelo dominante ni la modificación basada en ideología son sostenibles.
Ese es el verdadero problema educativo. Este mundo de hoy y sus sistemas educativos no aguanta mucho más. Algo prometedor de la nueva propuesta es la idea de reponer la relación escuela y la comunidad. Eso vale la pena.
Miguel Bazdresch Parada