Desde el pasado 30 de marzo, México se encuentra en estado de emergencia por la pandemia de SARS-CoV-2. Hay una gran tarea nacional: quedarse en casa. Con esta simple acción y siguiendo las indicaciones simples de higiene personal, como son el lavado de manos y la utilización del gel al 70 por ciento de alcohol, el estornudo de etiqueta, evitar saludar de mano o beso y mantener una distancia de un metro y medio, la sociedad contribuye enormemente a evitar la propagación del virus, que literalmente ha puesto al mundo en cuarentena.
El objetivo es claro y urgente: “aplanar” la curva de contagios para, de esta manera, evitar que el número de casos graves supere las capacidades de los sistemas de salud, nacional y estatal, cuando la fase tres llegue.
A las autoridades nos corresponde utilizar todos los recursos del Estado para proteger la salud y el bienestar de la ciudadanía. Las tecnologías de la información han permitido al gobierno federal y a los gobiernos estatales mantenernos en comunicación e inclusive por primera ocasión realizar reuniones en línea. Nunca como ahora debemos dar respuesta a las demandas de la sociedad. En estos momentos, las tareas de la autoridad se agrupan en tres ámbitos: salud, subsistencia y reactivación económica.
En este ámbito están todas las acciones para garantizar la salud de la población durante la emergencia: insumos básicos para el personal médico, desde cubrebocas hasta respiradores mecánicos, así como garantizar condiciones seguras de trabajo del personal médico. Ellos también son padres, madres e hijos. Mi reconocimiento a las y los doctores, enfermeros y camilleros; al personal de limpieza de los hospitales y demás mujeres y hombres, cuyo trabajo es esencial durante esta contingencia. Ellas y ellos son la pieza clave en esta lucha nacional y mundial contra la pandemia.
Más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, una gran cantidad de las trabajadoras y trabajadores se mantiene en la economía informal y otra cantidad, también importante, vive de las remesas que envían cada mes sus familiares desde varias ciudades de Estados Unidos, el problema es que en marzo millones de estadunidenses perdieron su empleo. Todo está afectado. Ante esta situación, una tarea del Estado es garantizar la subsistencia de la población, particularmente de los sectores más pobres. Este apoyo debe ser universal y de manera directa a la población para evitar cualquier sesgo.
El próximo domingo 5 de abril, el Presidente de la República presentará sus propuestas de reactivación económica. Debemos estar atentos a las directrices que dicte la autoridad federal, a los gobiernos estatales corresponde la reactivación de acuerdo a las necesidades regionales y específicas de cada entidad federativa.
Dicho plan de reactivación económica no puede ser una simple suma de iniciativas y propuestas. Por supuesto que cada sector económico tiene un conjunto de propuestas legítimas de acuerdo con su actividades; corresponde al gobierno organizarlas de manera integral. Solo así, una vez que las condiciones sanitarias lo permitan, podrá reactivarse la economía de manera efectiva.
@MBarbosaMX