El 28 de febrero quedará en el registro como el día en que se anunció oficialmente el primer caso de covid-19, la enfermedad provocada por el virus SARS-Cov2 que ha sumido a la humanidad en la mayor crisis de salud en más de un siglo y cuyos efectos sobre todos los ámbitos de la sociedad, incluido el económico, aún son desconocidos.
En México, la pandemia llegó cuando el país atravesaba por una larga etapa de violencia e inseguridad provocada por la corrupción que por varios gobiernos se extendió en todos los niveles de la administración pública y la acción de los grupos delincuenciales a lo ancho y largo del país. Se había construido una relación nefasta entre el mundo de la delincuencia y el mundo político.
Desde la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador esta relación nefasta terminó. Se acabó la corrupción en las corporaciones policiales y la protección de la autoridad a los delincuentes.
Desde el 28 de febrero hasta el día de hoy, el pulso de la nación está marcado por la estrategia del gobierno federal y las acciones de los gobiernos estatales para evitar contagios y brindar la mejor atención médica posible a la población. Sin embargo, la delincuencia no respeta ni el confinamiento ni la sana distancia, siguen actuando, por lo cual el combate a ésta debe ser total y constante, tal y como se ha realizado en todas las regiones de México.
En sus recorridos para reactivar al país, en sus intentos para avanzar hacia la nueva normalidad en una nueva realidad en la que México y el mundo vivirán hasta que se elabore una vacuna o se encuentre un tratamiento efectivo contra el virus SARS-Cov2, el Presidente de la República visitó los estados de Veracruz, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y hoy Morelos, con el objetivo de revisar los temas de seguridad y los avances en diversos programas sociales.
El miércoles 17 estuvo en Puebla. En la conferencia matutina del presidente López Obrador expresé que la recuperación de la seguridad pública la hemos asumido como prioritaria desde el inicio de mi gobierno, que se han tomado decisiones en la reestructuración de la seguridad pública, estableciendo un combate frontal contra la delincuencia, que ha resultado en más de mil detenciones y la disolución de 62 bandas delictivas.
En Puebla no hay impunidad. Sigue habiendo delincuencia, pero continuamos trabajando; hay una reducción de los 17 indicadores delictivos que el Sistema de Seguridad Pública evalúa.
Respecto al grave tema de los feminicidios, se persiguen o se tienen detenidos a los presuntos responsables. No hay impunidad. Es decir, en el tema de la inseguridad se asume con responsabilidad la meta de devolver a la gente el derecho a vivir sin miedo. Entre la sociedad ya existe una percepción completamente distinta de la seguridad y los números nos respaldan. Hay mucho por hacer, pero actuando de buena fe, con honestidad, sin corrupción y con firmeza, vamos a seguir combatiendo la corrupción y la inseguridad.
@MBarbosaMX