Hace bien el gobernador Samuel García en no temerle al español Sergio Ramos, porque el futbol es un deporte, y aunque en Nuevo León a veces los ánimos entre los aficionados se caldean, al final todo vuelve a la normalidad.
Por supuesto que el mandatario siempre ha apoyado al equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, igual que su entrevistadora, la Tigre Mayor.
En la plática con mi amiga María Julia Lafuente se le vio relajado y de buen semblante, luego de meses de tensión por las diferencias con los diputados locales de la fracción PRI-PAN y el propio alcalde Adrián de la Garza.
Si todo va por buen camino como parece, seguramente podrán destrabar los proyectos pendientes y el Presupuesto de este año, porque las obras deben continuar para darle mayor movilidad a la Zona Metropolitana.
En este espacio habíamos dicho que la única manera de llegar a una solución era mediante el diálogo, pero para llegar a eso alguien tuvo que ceder, y por fortuna hubo voluntad de ambos lados para poder transitar.
Como muchos en el estado, espero que sea el principio de una relación mucho más cordial, y si bien no lleguen a ser los grandes amigos, igual que sucede en los divorcios se pongan de acuerdo por el bien de terceros.
En los últimos meses, Samuel le ha dedicado muchas horas a su confrontación con los legisladores, y muchos posteos en X, es tiempo de darle vuelta a la página.
Lo digo porque mientras los diputados priistas y blanquiazules también desgastan sus energías en ese mismo tema, Morena los puede rebasar por la izquierda, ya que algunos sondeos comienzan a dar indicios.
Nuevo León es el único estado en el país donde la alternancia se ha consumado cuando los ciudadanos se cansan de los partidos y los políticos. El PAN sacó del Palacio de Gobierno al PRI, luego El Bronco hizo lo propio.
Lo mismo ocurrió en el 2021 con el Movimiento Naranja y si no se ponen las pilas de nueva cuenta podría darse un cambio de color. Como se dice coloquialmente: pa’l baile vamos.