El resultado de la reciente encuesta del Envipe, donde señala que 9 de cada 10 personas afectadas por algún delito no denuncian por falta de confianza en la autoridad es preocupante, porque es una muestra clara de que no estamos haciendo las cosas bien como sociedad.
Los ciudadanos entrevistados por el Inegi consideran que es una pérdida de tiempo denunciar, porque cuando lo hacen se sienten mal atendidos, o peor aún muchas veces maltratados.
Esto quiere decir que en las dependencias que reciben las quejas o demandas no están haciendo bien su trabajo, porque los primeros responsables de hablar con las personas tienen mala disposición.
Hace unas semanas participé en un diplomado en la Universidad Anáhuac, donde en uno de los módulos se habló precisamente de las estrategias para las relaciones interpersonales, y justo se mencionan conceptos interesantes sobre la comunicación asertiva.
Se dijo que la confianza y la credibilidad son elementos clave para una buena relación, y que éstas se desarrollan a través de etapas de construcción de confianza; se cultivan mediante la consistencia, la honestidad y el cumplimiento de compromisos.
Es aquí donde las fiscalías o los encargados de recibir a los quejosos están fallando, y eso produce una desconfianza que cuesta trabajo recuperar, y peor aún si nunca se corrigen los procesos.
Un principio básico de la comunicación es la escucha, es decir, si no ponemos atención a nuestro interlocutor, es muy probable que se generen conflictos que muchas de las veces derivan en problemas difíciles de resolver.
Los expertos afirman que se debe reconocer la dignidad, los valores y las perspectivas de los demás, y que el respeto se manifiesta en el uso de estrategias comunicativas que preservan la “cara” (imagen pública) de los interlocutores, evitando conflictos innecesarios.
La comunicación asertiva es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros derechos sin la intención de herir, o perjudicar.
Si las diferentes instancias de gobierno no generan las condiciones para ganarse la confianza de la gente, los resultados de las mediciones seguirán siendo desaprobatorias, y no podremos avanzar.