El candidato que le ofrezca terminar con el problema de la violencia en México, piense dos veces antes de cruzar la boleta, con esa frase concluimos el programa Cambios de anoche en el que analizamos los orígenes del problema de inseguridad que vivimos en nuestro país derivado de la guerra existente entre los grupos delictivos que operan en el país y que ya le tomaron la medida al gobierno, lo que nos ha llevado a un dominio más acentuado de estos en la vida social.
Y es que desde hace 17 años, en el período de Felipe Calderón cuando se inició la guerra contra el crimen organizado, lo único en lo que se han centrado las fuerzas políticas del país desde el poder o desde la oposición a culpar al contrario de no haber hecho nada para disminuir el problema que nos ha llevado a vivir escenarios de verdadero narcoterrorismo, utilizando la seguridad como un discurso político sin el verdadero interés por resolver, pues la situación es perfecta para señalar a otros en busca de sumar puntos a sus intereses políticos ya sea por mantenerse en el poder o por llegar a él pero no para llegar a una solución real.
Queda claro que el único camino hoy es que el tema de la seguridad se torne en el de más alta prioridad y se deje fuera de las campañas políticas, se les exija tanto a quienes están en el poder o en una posición de gobierno como a quienes lo buscan no manosearlo y en aras del bien común hacer un llamado a aunque sea solo en este tema todos los mexicanos adoptamos una política integral de atención a la violencia sin distingo de partidos políticos ni de ideologías, pues al final todos seremos beneficiados con ello.
Cada que un aspirante a la presidencia inicia su recorrido en busca del voto al menos en los últimos dos casos la promesa de regresar a los militares a sus cuarteles y de acabar con la violencia se ha convertido en un discurso vacío que a la postre ha dejado una huella de sangre más ancha que la que se vivió con su antecesor, léase Peña Nieto, léase López Obrador ambos llegaron al poder con la confianza de los mexicanos respecto a que habría una solución.
De nuevo vemos en esta campaña un muy lamentable enfrentamiento de acusaciones y de ver quien traga más lodo respecto a su responsabilidad en la materia, propongo que al político que haga lo propio se le niegue el voto… vayamos a las soluciones y no a las culpas pues la seguridad debe dejar de ser un botín electoral… Por el bien de todos.