No hay peor situación que llegar a la urna el día de la elección y con total desinformación cruzar una boleta sin saber siquiera a quién le estamos dando nuestra confianza y la oportunidad de administrar nuestro país y nuestro dinero. Quiero suponer que si usted le va a confiar algo muy importante a una persona, mínimo tiene que conocerlo y saber que el recurso que usted le entregue, cualquiera que este sea, será porque está completamente seguro de conocer a esa persona y saber que mínimo sabrá qué hacer con él.
Y un poco para conocer a quien se le dará justo ese voto de confianza el próximo 2 de junio es que es importante ver los debates en los que participarán los candidatos pues éstos nos muestran algunas características de su personalidad, estilo de liderazgo y conocimiento sobre los temas no solo al ser cuestionados sino también al momento que intervienen o interactúan con sus pares.
Es una manera en la que podemos ver como en un laboratorio, en un ambiente relativamente controlado cómo se desenvuelven quienes participan en este y cómo reaccionan, además se convierte en una excelente posibilidad de interactuar en redes sociales con la opinión de quienes lo ven y se expresan de los debatientes, generando desde halagos hasta los famosos memes que le ponen una dosis de humor a estos ejercicios.
Además las redes sociales han traído una democratización de la comunicación, en medio de la posibilidad antaño negada a las audiencias de estos ejercicios democráticos de poder emitir una opinión a las masas y generar discusión sobre los temas tratados y las situaciones que se generan en los encuentros.
Sin embargo, cambiar en forma masiva las preferencias de los electores a partir de un debate, parece poco probable por lo que el objetivo del ejercicio no necesariamente es este, pero sí puede modificar la percepción que se tiene respecto a quienes participan en él además que permite tener un acercamiento como decíamos a información que puede ser útil a la hora de votar.
Pero también lo que no se dice importa y mucho…