Un parto doloroso precedió a la creación de este cuerpo de seguridad, en el cual el gobierno de la cuarta transformación puso toda su apuesta para disminuir los índices delictivos y la violencia, la Guardia Nacional sin duda no ha sido hoy esa píldora que todo lo resuelve pues lógicamente no se puede apostar a una sola vertiente como la varita mágica que vendrá a mejorar las condiciones de seguridad en el país.
Me parecería a su vez injusto culpar a la Guardia Nacional del poco avance en la reducción de la violencia en México creo que el problema radica en que como siempre en campaña se vendieron espejitos y al igual que administraciones pasadas se apostó por la idea de crear un gran cuerpo de seguridad nacional que se encargara de atacar los delitos y lo único que se consiguió fue un Frankenstein dada la mezcla errónea de juntar policías civiles con militares que para empezar funcionan con una lógica diferente.
Y digo que sería injusto culpar a la Guardia Nacional del poco avance en el combate a la inseguridad pues dentro de todo lo malo y criticable que pudiera tener la creación de esta, hay hombres y mujeres comprometidos con los ideales de dar a los mexicanos un país más seguro, las críticas no se pueden generalizar, sin embargo las políticas públicas sin duda no han sido las más adecuadas.
Pero lo más lamentable hoy en día es la intención de otra vez hacer una mezcla poco recomendable y pretender militarizar la seguridad pública, enredando aún más los conceptos de seguridad pública con los de seguridad nacional. Es evidente que si por algo no ha dados los resultados que se espera la Guardia Nacional es por esa mezcla entre el ADN de los policías civiles y de los militares, su preparación sigue teniendo enfoques diferentes que difícilmente darán los resultados esperados al menos por muchos años.
Pero hay más razones para reflexionar sobre la limitada operación y resultados de la Guardia Nacional y es que he sido testigo de muchos casos en donde los mandos y los elementos ponen de su dinero para equiparse, reparan sus vehículos de la mejor manera que pueden porque simplemente poco ha importado el mejorar el equipamiento y aumentar la cantidad de personal.
Cuando veo a elementos de la Guardia Nacional durmiendo en casas de campaña a falta de una base digna para operar, empiezo a entender que la ineficiencia no necesariamente viene de los elementos, sino de quienes administran al país.
Miguel Ángel Puértolas
