El combate a la corrupción está muy lejos de solo ser responsabilidad de los funcionarios públicos, pues este solo se logra cuando ciudadanos y gobierno de la mano se coordinan para que el uso debido de recursos públicos fluya a la hora que el gobierno ejerce el presupuesto.
La vigilancia de parte de los gobiernos en el cumplimiento de la ley y de los ciudadanos mediante las herramientas que nos proporciona la transparencia del uso del dinero del erario permite justo que entidades como Guanajuato, hoy sean reconocidas por ejemplo, por sus niveles de transparencia y por el correcto ejercicio del dinero público.
Como ejemplo está el análisis realizado por el Instituto Mexicano Para la Competitividad derivado de la revisión de la cuenta pública 2022 en el que refleja que la entidad se ubica como el único estado que no tiene una sola observación en el gasto federalizado.
Esto sería impensable de no ser por la lucha constante que desde los ciudadanos se ha dado para evitar la opacidad, pues entre más transparencia se reduce la tentación del uso indebido del dinero proveniente de los impuestos que pagan los contribuyentes.
Por eso aplaudo ejercicios como el llevado a cabo por el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción con estudiantes a lo que se les forma como individuos preocupados por el ejercicio del gasto y crean conciencia sobre la necesidad de convertirnos en vigilantes del ejercicio del poder.
Construimos con ello ciudadanos de primer mundo sin duda, al formarlos con valores sobre la ética, el respeto a la ley, la transparencia y sobre todo entender que los gobernantes deben rendir cuentas y responder a los cuestionamientos de los ciudadanos. Solo así nos desharemos de escándalos y dejaremos los últimos lugares en cuanto a corrupción a nivel mundial.
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