Los dos principales problemas entre las naciones de Norteamérica que se reunieron en esta décima cumbre fueron sin duda el tráfico de sustancias ilícitas como el fentanilo y la migración que de una u otra forma tienen estrechas ligas con actividades ejecutadas por grupos criminales que operan en los tres países.
Y es que poco se dice, pero aunque las bandas del crimen organizado que operan en México son conocidas por sus métodos violentos del control del tráfico de estupefacientes, eso no quiere decir que Estados Unidos y Canadá no tengan bandas, sin embargo el modo de operar es diferente, tal vez no menos violento pero sí más discreto.
Sin embargo me parece que en el fondo, los acuerdos tomados, al menos de los que hoy se sabe para atender estos grandes problemas no van al fondo del asunto. Por ejemplo en el tema de consumo de drogas como el fentanilo, los esfuerzos por atacar justo la raíz del problema que es el consumo no tiene alcances prácticamente pues la políticas implementadas no logran el arraigo que se requiere en la población para evitar la iniciación en el consumo de drogas ilegales que es el consumo de drogas legales.
No hay políticas públicas claras para alejar a los menores del consumo de tabaco o alcohol, pareciera que en los tres países aunque las sanciones sean claras poco se hacer para inhibir la puerta de entrada al consumo de drogas, y la prueba está en el incremento indiscriminado de consumidores de drogas sintéticas en los últimos años.
Y hablando de migración, el Presidente López Obrador fue claro “hay que atender las causas, procurar que la gente sea feliz donde nació (...) se necesita invertir en el desarrollo de los países con más desigualdad y pobreza”, sin embargo miles de mexicanos siguen buscando un mejor futuro en el vecino del norte, por la sencilla razón que el fondo del problema como es primero una calidad de vida digna y segundo en muchos casos el desplazamiento por la violencia generada por los grupos delictivos sigue sin atenderse.
Así que la reunión al menos en estos temas no pasará de buenas intenciones, mientras el problema de fondo no sea atendido de manera trilateral con mejores resultados derivados de políticas claras en la lucha conjunta contra el crimen organizado. Estamos en un punto de inflexión que definirá el futuro de las tres naciones.
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