La lista nominal de electores llegó a finales de marzo a 99 millones,de los cuales 13 millones somos del Estado de México, y en la pirámide de edades de 18 a 34 años de edad, suman casi 37 millones de electores. Los cambios numéricos, y principalmente en la pirámide de edades, deberían también corresponder a la modernización de las campañas políticas, para atraer primero a los electores a las urnas y luego para alentarlos a votar a favor de los candidatos y alianzas de nuestra preferencia.
La mayoría de las prácticas de movilización política fueron relativamente atinadas, aunque como todo, se han desgastado, además han aparecido nuevos instrumentos de enlace con la ciudadanía. Lejos de descalificar las acciones de campañas pasadas como malas, regulares o buenas, lo importante es si en la próxima elección pueden atraer o no a los electores, principalmente a los de esa franja juvenil de casi 37 millones.
¿Qué vemos en las campañas políticas que las haga de más impacto que las pasadas? En las noticias sobre el proceso electoral, lo que más llama la atención es la nota luctuosa, la protección policiaca a candidatos, y poco de modernización de las campañas, parece mínimo el interés por los electores jóvenes a quienes principalmente impactarán en su futuro.
La mayoría de las acciones del activismo político lamentablemente siguen reiteradas prácticas de mítines masivos, que en las encuestas refieren una comunicación política aburrida, anticuada, repetitiva. Estamos ante la posibilidad de iniciar un nuevo ciclo de comunicación política más alentador, creativo, divertido, innovador para atraer a la mayoría de los electores, como lo hizo la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez con los foros a distancia en su campaña que logró reunir a más de 100,000 participantes.
Los medios digitales son apropiados para la difusión amplia de las ideas, de las propuestas, ofrecen la posibilidad de alcanzar a multitudes dispersas, aunque hasta ahora más bien los usan para denostarse, propagar informaciones falsas y mensajes de odio. Claro que los partidos y sus candidatos tienen derecho a publicar tonterías, visiblemente desprecian la más avanzada tecnología que puede servir para la articulación de las fuerzas políticas, envueltas en la bandera de la libertad de expresión, que algunos confunden con la libertad de agresión, de discursos de odio y hasta para atacar a la democracia.Aún podremos ver en los siguientes días algo diferente, que nos deje un mejor sabor de este proceso electoral. Que triunfe la esperanza, sobre la experiencia.