Cultura

Hablemos de racismo


Reunión. Natasha Brown. Anagrama. México, 2022.


La voz de una chica millennial se alza para denunciar la discriminación que vive: por ser mujer y por su tono de piel. Esta exclusión por partida doble es más común de lo que creemos y se presenta cada vez en más naciones; el Reino Unido no es la excepción.

Con su primera novela, Reunión, Natasha Brown se ha convertido en un éxito editorial en lengua inglesa y ya se ha traducido a más idiomas. Siempre estuvieron en su mente esas ideas que intentaban reflejar la desigualdad social, pero no se había atrevido a darles forma. Fue durante la pandemia que se enfocó en la escritura de este relato que, a todas luces, posee tintes autobiográficos; para fines comerciales a las editoriales les conviene anunciarlo como novela y no como ensayo. En realidad es una bitácora de una voz femenina que siente que por más esfuerzos que realice, nunca terminará encajando en la sociedad.

Brown relata la historia de una joven que toda su vida se esmeró por tener las mejores notas académicas para poder estudiar en la universidad que deseaba, luego obtuvo el trabajo que quería y ahora, en la cima de su carrera profesional, con un departamento propio, a sus 31 años no es tomada en cuenta como los demás por ser afrodescendiente. La sociedad británica, como muchas otras, es hipócrita. En la oficina vive el acoso sexual de uno de sus compañeros, quizá porque la mira de un distinto color de piel cree que puede llegar a tener otro tipo de intimidad con ella. ¿Acaso porque sabe que le ha costado el doble de esfuerzo estar en la compañía y, tal vez, no se va a arriesgar a denunciarlo?

Cada dos o tres meses, la joven debe ir a escuelas a dar pláticas de cómo las mujeres se han ido abriendo paso en distintos terrenos laborales: en su caso, ella es experta en finanzas. A la empresa donde labora le conviene que ella vaya e imparta la conferencia: eso habla de una inclusión social; sin embargo, le incomoda ir a esas conferencias y alentar un futuro promisorio entre las jóvenes, pues en el fondo deduce que no es cierto. Que ellas, como le ha tocado vivirlo, tendrán que competir en cada momento de su vida, demostrar que están ahí por su preparación intelectual, incluso en eventos sociales deberán ostentar que conocen de lo que hablan y nada tienen que ver con la estúpida idea que ellos han forjado en sus mentes estrechas: desconfiar de las personas de raza negra.

La joven intenta olvidarse de los inconvenientes de la vida laboral cuando está con su novio. Todo está bien con su pareja hasta que él le pide que lo acompañe un fin de semana a una reunión familiar. La celebración es por los 40 años de casados que cumplen los padres del novio. Ella percibe que todo ese ambiente de la campiña inglesa moderna, falsa y snob, no va con su forma de ser. El padre de su novio aparentemente la acepta, pero no deja de asaltarla con preguntas-tema que parecen más un examen profesional que una charla casual; es como si el señor se sumara al reclamo un tanto oculto de muchas personas alrededor: demuestra que sabes, que te has ganado tu oportunidad de estar aquí, que eres lista a pesar de ser negra.

Aunado a los momentos de incertidumbre, habría que sumar un cáncer de seno que está latente en la protagonista. La enfermedad hace que se pregunte lo que muchas veces cruzó por su cabeza, pero no contaba con la fuerza ni la necesidad imperiosa suficiente como para plantearlo de forma tajante: “No estoy segura de que supiera que podía parar, antes de esto. Que había alguna alternativa más allá de sobrevivir. Pero, con mi metástasis, di con ella. ¿Por qué seguir sometiéndome a mí misma a su mirada reduccionista? A esta cosificación aplastante. ¿Por qué soportar mi propia deshumanización?”.

Este libro se viene a sumar a las voces de Reni Eddo-Lodge (autora inglesa de Por qué no hablo sobre racismo) y Desirée Bela-Lobedde (quien escribió Ser mujer negra en España), escritoras que han reflexionado sobre lo complicado que es hallar un sitio en las sociedades europeas desde su condición de afrofeministas y antirracistas. También se inscribe en la tendencia de libros que hablan de la descolonización, como lo hace Gabriela Winer en su Huaco retrato (Random House, 2021), espléndido fresco que hace énfasis en la discriminación racial, sexual y desigualdad de género.

Quizá sea un tanto apresurado juzgar la calidad literaria de este primer libro de Natasha Brown, pues es muy fácil caer en comparaciones sin sentido: han escrito que Reunión es similar a Mrs. Dalloway de Virginia Woolf, porque ocurre durante una fiesta en la campiña inglesa. Nada tan alejado de la realidad. En todo caso, es la narración en primera persona de alguien que, en medio de la depresión, decide contar su historia. Hay momentos que comparte más silencio y tristeza que palabras, y otros en donde fluye más un relato de denuncia y desasosiego. La depresión podrá atraparla por unos instantes, pero no callarla.

Ella es una mujer rota.

Es la voz de una joven que debe luchar por partida doble.

@AmbrizEmece

Mary Carmen Sánchez Ambriz

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Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • mcambriz@hotmail.com
  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
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