Política

Contra el pragmatismo

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Entre los lastres de la democracia mexicana se encuentra su ilusión de pragmatismo. La única motivación de principios que se considera válida es la necesidad de ser oposición, incluso por encima de nociones cívicas, de memoria o de decencia. Sin importar corrientes, nuestra política es de objetivos únicos y vocación miope, con una urgencia que excluye a todas las demás.

En México, lo pragmático es despreciar cualquier postura cuando ésta, electoralmente, no alimenta un objetivo en particular. Ya sea la conquista o el retiro del poder a quien lo ocupa. Nuestras coaliciones variopintas e inconexas surgen de lo obtuso: importa el qué y rara vez el cómo. Curiosamente, en nuestra vida democrática no hemos tenido gobierno o coalición política relevante que priorice los derechos humanos o el entendimiento de lo ciudadano. Al no ser conceptos redituables, el pragmatismo lleva a desplazarlos.

El universo de preocupaciones en cualquier país no puede ser simplificado bajo una sola figura. La primera complicación es natural a la política. La política es una apuesta sobre lo eficiente de su ineficacia. En la conciencia de la limitación que establecen los cómos, está la imposibilidad de qués absolutos.

La defensa de los principios no es enemiga del pragmatismo, pero obliga a pensar la política como el punto intermedio en la habitación de las contradicciones sociales. Éste es el papel del centro.

El pragmatismo férreo se sitúa en los extremos políticos y son estos, quienes tienden a generar crisis de dimensiones mayores a las que conocemos en México. Sí, hay países con condiciones peores a nuestras crisis.

Si bien nuestras crisis aún no son terminales, al centro se le acusa de tibieza como si la fatalidad no admitiera matices. El nuestro todavía es un país en el que los principios permiten razones antes que renuncias. Tomar partido por principios no será tan redituable como hacerlo por personas o negociar incuestionables —derechos, libertades, etc.—, pero el pragmatismo sin principios abandona su conciencia pública para transformarse en satisfacción de grupo.

La utilidad del centro es darle algo de nobleza a la política, ahí donde necesita una brújula quien cree que sabe llegar.

@_Maruan

Google news logo
Síguenos en
Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.