Política

La Universidad como lugar de encuentro y diálogo

Una institución de educación superior no es solo un espacio académico. Es también símbolo de convivencia, de pensamiento compartido y de construcción social. Por eso, cuando enfrenta una crisis, el impacto trasciende sus aulas. La situación actual en la Universidad Autónoma del Estado de México ha traído al centro del debate nacional una verdad que a veces olvidamos: nuestras casas de estudio son parte esencial del tejido democrático.

No se trata de emitir juicios ni repartir culpas. Este es un tiempo para abrir espacios serenos de reflexión, para reencontrar miradas distintas y reconstruir los puentes que se hayan roto. Porque cuando una universidad se detiene, no cesa únicamente la docencia: también se suspende una porción de la esperanza que la sociedad ha depositado en ella.

Hoy, la sociedad en general observa con atención. Padres, madres, egresados, empleadores, docentes y estudiantes comparten una pregunta legítima: ¿qué valores estamos enseñando cuando el diálogo es sustituido por la confrontación y el silencio toma el lugar de la palabra compartida?

Las universidades no deben estar libres de conflicto. Su esencia está hecha de pluralidad, crítica y participación. Pero sí debemos aprender a canalizar el desacuerdo hacia el entendimiento. La madurez de una institución no se mide por la ausencia de tensiones, sino por su capacidad para tender puentes y convertirlas en acuerdos duraderos.

El caso de la UAEMéx no debe entenderse solo como un episodio de crisis, sino como una oportunidad para crecer colectivamente. Un momento para revisar estructuras, replantear liderazgos y fortalecer los vínculos entre quienes integran la vida universitaria. En cualquier universidad, todo puede debatirse, excepto la dignidad del otro.

En 2025, no hay lugar para gestiones sordas ni narrativas que no conecten con las emociones y el sentir de su gente. Las y los jóvenes ya no se conforman con instrucciones; anhelan propósito. No buscan discursos, sino coherencia. No quieren solamente presencia institucional: exigen presencia ética. Y esa exigencia, lejos de ser una amenaza, es una oportunidad para mejorar.

Desde la Canermex reconocemos que las universidades enfrentan hoy desafíos sin precedentes: nuevas demandas sociales, tecnologías disruptivas y tensiones externas sobre su quehacer institucional. Pero ninguna de estas presiones puede enfrentarse sin diálogo, sin legitimidad y sin responsabilidad compartida.

Por eso, hago un llamado respetuoso a cada parte involucrada. A las autoridades, para que ejerzan su rol con empatía y visión. A los estudiantes universitarios, para que su causa no lastime a quienes desean continuar su proceso de aprendizaje y desarrollo. A los medios y actores sociales, para que contribuyan a una narrativa que una, no que divida.

Necesitamos menos trincheras y más mesas compartidas. Menos consignas y más propósitos comunes. Porque cuando una universidad se escucha a sí misma, cuando reconoce sus heridas y se abre al diálogo, no solo supera el conflicto: se transforma.

México no puede permitirse que sus universidades renuncien a su propósito esencial: formar ciudadanos capaces de convivir en la diferencia. Que esta coyuntura sea el punto de partida de un nuevo entendimiento. Porque cuando la universidad habla con el corazón, toda la sociedad aprende a reconciliarse.


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Mario Luis Pérez Méndez
  • Mario Luis Pérez Méndez
  • Presidente de la Cámara Nacional de la Educación de la República Mexicana (Canermex), y Rector de la Universidad IUEM.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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