Si alguien me lo hubiese dicho hace 15 años, cuando mi actividad como comunicador estaba enteramente enfocada a temas de infraestructura carretera, sin duda alguna hubiera dicho que se trata de una ocurrencia: transferir las tareas de conservación de la red carretera federal al Ejército Mexicano me hubiera parecido, como me parece ahora, un disparate.
Debo reconocer que la presente administración cotidianamente nos pone a prueba en nuestra capacidad de asombro. Nadie duda que en el sector militar se tiene la capacidad para ejecutar obras de infraestructura de gran envergadura, como ya se ha visto en este sexenio, aunque de ninguna manera es o debiera ser su actividad preponderante.
No obstante, la manera como se están transfiriendo las responsabilidades de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) a la de la Defensa Nacional (Sedena) habla más de una garrafal improvisación que de una acción planeada y concertada.
Cancelar procesos de contratación en marcha, además de entorpecer los tiempos idóneos para los trabajos, que como se sabe, es mejor realizados antes de la temporada de lluvias, es solo una de las aristas a contemplar.
La SICT cuenta con todo un equipo de profesionales que garantizan no solo una contratación y ejecución oportuna de la obra pública, sino un trabajo previo de estudios técnicos y corroboración de la calidad de obra en laboratorios calificados.
La narrativa oficial cae en una evidente contradicción, pues mientras se hace uso del discurso retórico de la corrupción -que para eso están los órganos fiscalizadores tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo, así como la siempre presente posibilidad de judicializar los casos efectivamente comprobados- por el otro lado se afecta a la economía de un amplio sector de la población.
La inversión en infraestructura genera derramas económicas que revitalizan diversos sectores. Es un contrasentido afectar decenas de micro y pequeñas empresas de contratistas que dependen de ese recurso público para subsistir.
* Periodista de investigación.
Ex servidor público de carrera
