A seis meses de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impusiera aranceles de 25 por ciento a la industria automotriz y de las autopartes, esto ya tuvo repercusiones en Guanajuato.
Aunque las autoridades del gobierno estatal, así como las asociaciones y organismos del sector se han mostrado sumamente cautos en sus posicionamientos, es innegable la afectación que ya ha tenido en las empresas asentadas en la entidad.
Y es que si se revisa la estrategia de comunicación, se identifica una triada de mensajes muy clara y definida: 1) Que hay que esperar un tiempo prudente para que hayan posibles cambios en las medidas unilaterales de Trump, esperando moderación; 2) Que ciertamente estas acciones causan incertidumbre, incluso al amparo del T-MEC, y 3) Que los efectos sobre el sector, y por ende, en la economía guanajuatense se verán en el mediano y largo plazo.
Mientras tanto, se van conociendo historias no solo de suspensión de requerimientos de personal para tiempo extra, sino de despidos de personal al verse reducidas dramáticamente las metas de producción, especialmente en empresas dedicadas a la proveeduría de autopartes, la relocalización a EU está causando un impacto brutal; no así a las plantas armadoras.
Gracias a ello, al final, si se analiza por el número de empleos registrados ante el IMSS, contrario a una contracción se muestra un ligero repunte, el cual, sería más sustantivo si se desagregaran las bajas. Así los primeros seis meses de los aranceles.
El balance final, tienen razón, se conocerá en el mediano y largo plazo.