Para quienes circulamos cotidianamente por las vialidades en León nos resultan familiares las particularidades de la circulación en el Malecón del Río de Los Gómez, ya que resulta una alternativa rápida y segura para cruzar la ciudad sin necesariamente tener que atorarse en el tráfico del centro de la ciudad.
Sin embargo, con cierta frecuencia, conductores no familiarizados con esa vialidad quedan “atorados” de manera literal, en alguno de los desniveles de este viaducto. En los últimos días ha llamado la atención la inusual incidencia de este tipo de accidentes. Gracias a las redes sociales, lo que en otros tiempos hubiera sido quizá una foto en portada del periódico del siguiente día, ahora el suceso se viraliza en cuestión de minutos.
Hasta donde alcanzo a ver, confluyen una serie de factores: la falta de sanción al incumplimiento a la restricción a la circulación de vehículos pesados, la velocidad de circulación que limita el tiempo para reaccionar adecuadamente y evitar un siniestro y, hay que reconocer, la falta de señalización idónea.
Según la Norma Oficial Mexicana 034 de la SCT que regula las características del señalamiento horizontal y vertical de aplicación en carreteras y vialidades urbanas, es obligatorio marcar toda estructura menor a 4.5 metros de altura.
Con mayor razón el Malecón, cuyos puntos más bajos apenas libra con dificultad el claro de los 2.5 metros. Según la norma, debería estar señalizada a franjas diagonales en colores blanco y negro de treinta centímetros de ancho, lo que coloquialmente se conoce como “caramelo” además de contar con su respectivo señalamiento restrictivo de dimensiones adecuadas a la velocidad del proyecto.
Una simple acción puede contribuir a evitar más accidentes: cumplir la norma. Sean autoridades o automovilistas. Solo eso.
