Si le preguntáramos a alguien que no conoce mucho del tema sobre los beneficios del yoga, seguramente respondería que esta disciplina aporta relajación y flexibilidad, y aunque sabemos que las bondades y propósitos del yoga van mucho más allá de estas dos “ganancias”, lo cierto es que en efecto, la distensión del estrés, tanto físico como mental, así como la elasticidad (aunque no es exactamente lo mismo que ser flexible), se incrementan sí o sí, al practicar yoga.
Así que hoy vamos a hablar de flexibilidad.
Aunque es cierto que no es necesario ser contorsionista para ser un yogui o yoguini, la flexibilidad de músculos y articulaciones aporta además de una mejor postura y equilibrio, la capacidad de adaptación no sólo física, sino mental. El bambú es un buen ejemplo. Con aire suave, su movimiento es ligero, pero con viento fuerte, su capacidad para plegarse y adaptarse evita que esta fuerza lo rompa.
La falta de flexibilidad podría definirse como resistencia al movimiento y la falta de movimiento va mermando a su vez, la capacidad que tienen las articulaciones para realizar movimientos con la máxima amplitud posible.

Y sabiendo que como es adentro es afuera, haz el de ejercicio de preguntarte cuáles son los hábitos que te atrapan en la rutina y en modelos rígidos de pensamiento a nivel inconsciente, y cámbialos. ¿Desayunas siempre a la misma hora y el mismo tipo de alimento?, ¿tomas el mismo camino siempre para ir a trabajar?, ¿acudes al mismo lugar desde hace años a la reunión con tus amigos de toda la vida?
Hablando de yoga, la mayor parte de las posturas promueven la flexibilidad, pero hoy te proponemos tres que pueden ayudar a activar articulaciones y músculos que tal vez ni te acuerdas que existen.
De entrada Kurmasana, la Tortuga, propicia la flexibilidad en caderas, hombros, cuello y en toda la espalda. Hay que ir poco a poco hasta poder bajar el torso al suelo, con piernas y brazos estirados.
En Halasana, el Arado, por su parte, se realiza una flexión avanzada de la columna, al llevar piernas y caderas por encima de la cintura y los hombros. Finalmente Gomukhasana, la postura de la Cara de vaca, elimina la rigidez y el dolor en las articulaciones de la cadera y las extremidades inferiores, además de que tonifica y flexibiliza los brazos y los hombros, mejorando el rango de amplitud articular.
(Con información de qigongmeditacion.com, es.integrativenutrition.com y yogaconsentido.com)