En 2017 creamos la primer serie política de televisión en animación digital 3D, Mexicartoons, Los Residenciables.
En un principio pensamos en capítulos de media hora para su transmisión en Netflix, y así lo acordé con mis socios y directivos de lo que fue MKF Animation, empresa hermana de mi firma de comunicación política MKF Merkamorfosis, extintas ambas, aunque esta última derivó en MKF de Occidente para temas de comunicación gubernamental.
Nos sentamos con las principales televisoras pero nunca con Netflix, porque nos dijeron que primero deberíamos terminar de producir toda la serie y llevárselas “enlatada”, cosa que requería un gran esfuerzo de producción y, consecuentemente, de inversión.
Así es que fuimos con TV Azteca, Televisa y Grupo Imagen. A los del Ajusco les gustó pero me recomendaron, atinadamente, hacer capítulos muy cortos, de menos de dos minutos; lo cual le dio un gran giro al proyecto original; el vicepresidente de Televisa, Leopoldo Gómez, quedó fascinado con lo que le mostramos, su originalidad, calidad y ejecución técnica; discutimos en su oficina de Avenida Chapultepec, durante dos horas, sin embargo, le encargó a un caricaturista de la televisora, que publicaba los viernes en el noticiero de López Dóriga, algo llamado “Terapia Intensiva”, de menor calidad e ingenio. Prefirieron apostar una vez más por un refrito muy gastado, “El Privilegio De Mandar”. Tuvo mucho que ver, en la ralentización de nuestra salida al aire, el terremoto de septiembre del 17, el ánimo y el humor social decayeron y pocos querían apostar por una serie de comedia y parodia política, por más innovadora que fuera.
Decidimos entonces, salir por nuestra cuenta en las redes sociales más populares de ese entonces: Facebook y YouTube, para que no se nos “echara” a perder el material que íbamos creando. La apuesta era producir un capítulo diario. “Imposible”, decía mi equipo, aunque casi lo logramos. Finalmente, llegó Imagen TV, y decidió lanzar Mexicartoons tres veces por semana, en el programa de Ciro Gómez Leyva, ya desde entonces, el de mayor audiencia en nuestro país.
Y así fue que personajes cómo, López Sobradón, Ricardo Arraya, José Antonio Esmeade, Malcriadita Zavala y El Ronco, hicieron de las suyas frente a millones de mexicanas y mexicanos en televisión abierta, así como en sus computadoras y teléfonos celulares. El propio Ciro Gómez Leyva, Lorenzo Córdoba, y otras personalidad de la vida política y mediática, fueron parodiados con sus respectivos personajes y sus nuevos nombres.
Por cierto, el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) decidió, de manera oficiosa, negarnos el registro de los nombres de dichos personajes, argumentando que se trataba de personas reales cuyo derecho a la imagen está protegida por la Constitución; sin embargo, atacamos dicha negativa a través de un tribunal administrativo que ponderó el derecho a la imagen de quienes fueron parodiados y nuestro derecho a la libertad de expresión, prevaleciendo el nuestro por tratarse de personas públicas sujetas al escrutinio y la crítica social.
Hoy, mis ex socios y compañeros relanzan Mexicartoons, Las Corcholatas, desde Kabuto Animation, una apuesta valiente, independiente y de no menos calidad que la que hicimos juntos.
Continuará…
Marco Sifuentes