Política

El 6 de julio de 1988

En 28 años el país ha cambiado.

1988 fue no solo una elección, sino un referendo y, por ello, la “caída del sistema” y la defraudación del voto, que no solo implicó una imposición de la Presidencia, sino del rumbo del país.

Los protagonistas, muchos ahí están y siguen. Unos reciclándose, cambiando de piel para ocultar lo que fueron y no son; otros, insistiendo en que el país debe cambiar de fondo, tratando de ver no solo el pasado y presente, sino la alternativa y el proyecto de nación.

El ocultamiento deliberado del 6 de julio de 1988 y la deformación de su historia es obra de todos aquellos que en esa fecha estuvieron del lado del régimen y que, luego por la descomposición política, se subieron al tren, no como pasajeros hacia un destino nacional, sino como un proyecto personal.

Hoy se dice fácil, pero las implicaciones del rompimiento y el surgimiento de la Corriente Democrática con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, principalmente, acompañados de un puñado, puso a la izquierda socialista, a los movimientos democratizadores que desde la sociedad, la cultura, el periodismo, la política, los movimientos urbanos y campesinos, de las insurgencias sindicales, de los grupos armados, de las luchas magisteriales, en una vertiente de cambios y reformas no solo para cambiar unas personas por otras.

Tanto la campaña electoral del Frente Democrático Nacional (FDN) con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, como las movilizaciones posteriores, fueron guiadas no solo por la impugnación electoral, sino por un programa.

El “salinismo” no es solo Carlos Salinas, sino una corriente con gran influencia en las decisiones políticas de hoy, que impuso un proceso de integración económica y una apertura, desventajosa para el país y el alineamiento de México y sus gobiernos a Washington, para garantizar la supremacía norteamericana no solo contra nosotros, sino contra todas las américas.

En esa convulsión de reformas y contrarreformas —el afán no logrado hasta ahora del salinismo— ha ido desmantelando la obra de Lázaro Cárdenas, porque implicaba otro país basado en la soberanía y otro resultado nacional.

Las implicaciones de 1988 son el origen contemporáneo de una conciencia general de derechos ciudadanos que limita el ejercicio del poder ante decisiones autoritarias y, por tanto, sigue siendo un deseo aún no cumplido.

El programa surgido en 1988 y el que nació el 6 de julio, es aún vigente y ha evolucionado en la búsqueda de una nueva Constitución, que deberá resurgir cuando la fuerza democrática se unifique de nuevo, como hace 28 años.

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Marco Rascón
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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