Política

“… toma chocolate, paga lo que debes”

  • A la intemperie
  • “… toma chocolate, paga lo que debes”
  • Marco Provencio

Cada vez es más evidente la sabiduría del proverbio español aquél que dice que "... Y Dios le dijo al hombre, 'toma lo que deseas, y paga por ello'". ¡Cuánto hemos tomado, y cuánto más hemos tenido que pagar y vamos a tener que seguir pagando! Tanto en un sentido literal como figurativo, hemos tomado demasiado... de la tierra, de los mares, del espíritu, del trabajo del hombre. Pagamos no solo con el cambio climático y la pérdida del ritmo natural que durante siglos han de haber tenido las estaciones. Pagamos también con vacíos existenciales en medio de una abundancia material nunca vista, o con ausencia de opciones de futuro en medio de la presencia de niveles ofensivos de desigualdad y desconsideración humana. De que pagamos, pagamos.

No siempre pagan, sin embargo, quienes deberían hacerlo. Hay circunstancias, por ejemplo, en las que es común que paguen justos por pecadores, no solo por lo que concierne a las generalizaciones facilonas que hacemos de terceros al colocarles en la misma bolsa ("todos los políticos son esto... todos los empresarios aquello... todos los sacerdotes aquello más..."), sino también porque, literalmente, unos pagan las faltas de otros mientras que éstos otros ni se enteran de los mayores costos para los unos. Pensemos, por ejemplo, en el nuevo Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, cuya entrada en vigor en medio de la peor época de tráfico en la ciudad, mediados de diciembre, solo pudo haber sido prevista por un genio... ¿Quiénes terminarán pagando las mayores multas de este nuevo reglamento? Los de siempre. Quienes se escudan en la selva del transporte público, de los taxis piratas, de las suburbans de los guardaespaldas, seguirán haciendo de las suyas.

Con su olor a la época en la que éramos niños e inocentes, la Navidad es también momento en el que normalmente pagamos demasiado. Pagamos demasiado pensando que la felicidad debió haber llegado anoche envuelta en una caja con moño de colores, o debió haber despertado debajo del árbol hoy por la mañana. Pagamos demasiado, no solo en numerario, sino también, digámoslo así, en espirituario. Y acaso por ello hay quien considera que ésta es buena época para hacer explotar muebles publicitarios urbanos, como si ello disminuyera en un ápice nuestro deseo de tomar todo aquello que sintamos a nuestro alcance, podamos pagar por ello o no.

Total que durante siglos hemos tomado lo que hemos querido y debido pagar por ello. Acaso los hermanos Aragón en Cuba fueron unos genios cuando hace algunas décadas retomaron aquel viejo proverbio español y lo inmortalizaron al ritmo del chachachá con su "toma chocolate, paga lo que debes".

mp@proa.structura.com.mx

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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